La teoría del Money Management está bastante desarrollada. De hecho en los últimos años apenas han aparecido cambios sustanciales de las fórmulas y recomendaciones que sugirieron las autoridades de la materia a finales de los 80 y principios de los 90, en particular Vince y Jones. Para cualquiera que quiera profundizar en la materia, algunos de los libros que sugiero en la bibliografía del blog son para los efectos como el Antiguo y el Nuevo Testamento. El sistema básico que se recomienda para cualquier conjunto de operaciones globalmente rentables es el antimartingale. Otros intentos habría que justificarlos muy bien y no con absurdas simulaciones de situaciones favorables. En la teoría actual, los sistemas básicamente Martingales se consideran una excentricidad, aunque también tienen una minoría que los defiende y mismamente yo mismo no los considero del todo inútiles bajo ciertas circunstancias, tales como un sistema de rentabilidad baja y que se pueda reproducir fácilmente.
Sin embargo, algo como la gestión avanzada, como muchas otras cosas, como el estudio de la Bolsa, etcétera, no es algo que se enseñe en las universidades. Lamentablemente, añado yo, y de ahí se generan dichos como "el que vale vale, y el que no pá Empresariales". La Teoría de Juegos o los Sistemas avanzados de gestión parecen no existir. En cambio, aparecen en escena los anacrónicos índices económicos o la muy básica Teoría de la Decisión, materias muy poco prácticas. La primera porque cualquier empresario que se precie tiene su asesor financiero. La segunda, simplemente por inútil, y mera justificación para la toma de decisiones arbitrarias. Primero se elige y luego se ajustan las ponderaciones necesarias para que todo cuadre.
Es por eso que gente académicamente muy preparada en materia matemática, tropieza piedra tras piedra, como si de el gordo de Family Guy se tratase cuando tienen que elucubrar sobre el mundo real, el mundo de la heurística y las imperfecciones.
Por ejemplo, hace poco un amigo me contaba que otro amigo suyo a su vez le había leído al Pepito Grillo de turno corregirme una vez más en lo referente a que el orden no importaba en los antimartingales. Y obviamente, pese a lo que diga la mosca cojonera de turno, el orden no importa. A pesar de que la definición de un sistema antimartingale es bastante libre (apostar más tras ganar, apostar menos tras perder), en la vida real se podría resolver que un sistema antimartingale es aquel en el que se apuesta una fracción fija del capital. Por practicidad o por pequeñas mejoras de rendimiento, se puede establecer una cierta flexibilidad en lo que respecta a apostar un porcentaje exacto o aproximado. Esto es el mundo real, la perfección no existe, sólo la heurística. Buscamos un sistema suficientemente bueno, no necesariamente el óptimo.
El orden no importa. Y este aserto será exactamente así cuando apostamos una fracción exacta de nuestro capital y lo será de forma aproximada cuando apostamos una fracción aproximada de nuestro capital. Obviamente está el asunto este de los stakes que es una invención de los apostadores ya que la Teoría del Money Management no la considera, por considerar cualquier inversión como un acto de incertidumbre y como única certidumbre el rendimiento en el largo plazo del inversor/jugador en el pasado.
No sé si lo habré dicho ya... pero... el orden no importa en un Antimartingale. Hombre, lo que sí que importa es el número de aciertos y fallos, claro. Hasta ahí, llegamos... Pongamos el siguiente ejemplo:
Un jugador con 100 unidades apuesta a cara o cruz a cuota justa (@2) un 10% de sus fondos. Hace 2 apuestas consecutivas. Hay cuatro escenarios posibles, que gane las 2 apuestas (WW), que pierda las dos (LL) y que gane una y pierda la otra en el orden que sea (WL ó LW). Su resultado sería el siguiente:

El balance final del jugador será 121, 99 u 81. Nótese que el orden no importa y sí el número de aciertos/fallos, pero el lector que sea observador se dará cuenta que con un 50% de acierto en una apuesta de cuota justa y siendo el estado de la naturaleza más probable, la expectativa de el antimartingale propuesto es de perder un 1% de capital cada 2 apuestas. Ojo al dato. No es una errata, esto es así y se debe al llamado apalancamiento asimétrico, un concepto muy interesante y que merece una entrada por sí mismo.
Obviamente aquellos que piensan que el yield es inútil y no vale para nada y que lo que deberíamos hacer es apuntar el número de apuestas ganadas/perdidas... En fin. Doctores tiene la Iglesia. En este mismo blog ya se explicó en su momento la forma de discriminar el sistema de gestión del yield, aunque hay gente que está ocupadísima conquistando el Mundo (Nueva alusión a Family Guy). Y cuando se sugieran cosas, más vale hacerlo con algo de humildad, no hay nada peor que querer corregir y cagarla.

Sin embargo, algo como la gestión avanzada, como muchas otras cosas, como el estudio de la Bolsa, etcétera, no es algo que se enseñe en las universidades. Lamentablemente, añado yo, y de ahí se generan dichos como "el que vale vale, y el que no pá Empresariales". La Teoría de Juegos o los Sistemas avanzados de gestión parecen no existir. En cambio, aparecen en escena los anacrónicos índices económicos o la muy básica Teoría de la Decisión, materias muy poco prácticas. La primera porque cualquier empresario que se precie tiene su asesor financiero. La segunda, simplemente por inútil, y mera justificación para la toma de decisiones arbitrarias. Primero se elige y luego se ajustan las ponderaciones necesarias para que todo cuadre.
Es por eso que gente académicamente muy preparada en materia matemática, tropieza piedra tras piedra, como si de el gordo de Family Guy se tratase cuando tienen que elucubrar sobre el mundo real, el mundo de la heurística y las imperfecciones.
Por ejemplo, hace poco un amigo me contaba que otro amigo suyo a su vez le había leído al Pepito Grillo de turno corregirme una vez más en lo referente a que el orden no importaba en los antimartingales. Y obviamente, pese a lo que diga la mosca cojonera de turno, el orden no importa. A pesar de que la definición de un sistema antimartingale es bastante libre (apostar más tras ganar, apostar menos tras perder), en la vida real se podría resolver que un sistema antimartingale es aquel en el que se apuesta una fracción fija del capital. Por practicidad o por pequeñas mejoras de rendimiento, se puede establecer una cierta flexibilidad en lo que respecta a apostar un porcentaje exacto o aproximado. Esto es el mundo real, la perfección no existe, sólo la heurística. Buscamos un sistema suficientemente bueno, no necesariamente el óptimo.
El orden no importa. Y este aserto será exactamente así cuando apostamos una fracción exacta de nuestro capital y lo será de forma aproximada cuando apostamos una fracción aproximada de nuestro capital. Obviamente está el asunto este de los stakes que es una invención de los apostadores ya que la Teoría del Money Management no la considera, por considerar cualquier inversión como un acto de incertidumbre y como única certidumbre el rendimiento en el largo plazo del inversor/jugador en el pasado.
No sé si lo habré dicho ya... pero... el orden no importa en un Antimartingale. Hombre, lo que sí que importa es el número de aciertos y fallos, claro. Hasta ahí, llegamos... Pongamos el siguiente ejemplo:
Un jugador con 100 unidades apuesta a cara o cruz a cuota justa (@2) un 10% de sus fondos. Hace 2 apuestas consecutivas. Hay cuatro escenarios posibles, que gane las 2 apuestas (WW), que pierda las dos (LL) y que gane una y pierda la otra en el orden que sea (WL ó LW). Su resultado sería el siguiente:

El balance final del jugador será 121, 99 u 81. Nótese que el orden no importa y sí el número de aciertos/fallos, pero el lector que sea observador se dará cuenta que con un 50% de acierto en una apuesta de cuota justa y siendo el estado de la naturaleza más probable, la expectativa de el antimartingale propuesto es de perder un 1% de capital cada 2 apuestas. Ojo al dato. No es una errata, esto es así y se debe al llamado apalancamiento asimétrico, un concepto muy interesante y que merece una entrada por sí mismo.
Obviamente aquellos que piensan que el yield es inútil y no vale para nada y que lo que deberíamos hacer es apuntar el número de apuestas ganadas/perdidas... En fin. Doctores tiene la Iglesia. En este mismo blog ya se explicó en su momento la forma de discriminar el sistema de gestión del yield, aunque hay gente que está ocupadísima conquistando el Mundo (Nueva alusión a Family Guy). Y cuando se sugieran cosas, más vale hacerlo con algo de humildad, no hay nada peor que querer corregir y cagarla.
