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lunes, 6 de agosto de 2007

Información privilegiada en los mercados a largo plazo

La esencia de cualquier mercado es la igualdad de oportunidades para cualquier participante de dicho mercado, sin menoscabo de que esto en la práctica sea muy difícil de conseguir. Es decir, el organismo regulador debe de preocuparse de que toda la información especialmente relevante para las apuestas esté en conocimiento público al mismo tiempo. Al menos es lo que sucede en la Bolsa de Valores, con la desventaja para este mercado de que la evolución de las empresas es previsible y los datos económicos de la empresa no suelen cambiar bruscamente, sino de forma progresiva. Por esta razón, los grandes accionistas de las empresas que cotizan están obligados a ocultar esta información y a no utilizarla en beneficio propio. Posteriormente la información oficial es puesta en conocimiento general en actos público y planificados con anterioridad. Del mismo modo, un gran accionista está obligado a comunicar al organismo regulador sus movimientos de compra/venta con suficiente antelación al movimiento, para que esta información se transmita al mercado como dato relevante.

En los deportes, la información es más palpable y diáfana. Normalmente lo está viendo mucha gente por televisión y sacando sus propias impresiones de los comentarios del Andrés Montes de turno. Sin embargo, a Betfair por ejemplo le preocupa mucho el que las transmisiones de las diferentes televisiones no sean igual de rápidas (cuestión de satélites) y en el momento en el que se produce una jugada relevante (penalti, gol o expulsión), suspende momentáneamente los mercados de dicho partido, elimina todas las apuestas sin contrapartida y espera a que la situación esté suficientemente clara para todos los usuarios, para volver a abrir los mercados. Esta es una política responsable. Betfair está moralmente obligada a proteger a un usuario que esté arriesgando un dinero para crear un mercado y las apuestas no es una carrera de rapidez manejando el ratón o una competición de boots.

Sin embargo no puedo estar de acuerdo en absoluto con la actitud de Betfair en las apuestas a largo plazo, en las que no ejerce ningún control ni supervisión. En un ejemplo reciente, en el pasado Tour de Francia pudimos vivir varias situaciones de este tipo, que no animan mucho al apostante a arriesgar su dinero en ciclismo y que tuvo como colofón está situación:

El día previo a la contrarreloj individual el “escarabajo” de Barloworld, Juan Mauricio Soler Hernández, lideraba la clasificación de la montaña con 78 puntos de ventaja sobre su inmediato perseguidor, el líder de la carrera, el español Alberto Contador. Dado que no quedaba ningún puerto puntuable en las 2 etapas restantes, dicho corredor era virtualmente ganador del premio y la única posibilidad de que no lo fuese era que abandonase la competición. En la edición del sábado, Marca recoge brevemente rumores sobre la aparición de un nuevo caso de doping en uno de los principales corredores de la carrera, concretamente uno de los líderes de alguna de las clasificaciones: Contador, Boonen o Soler. El diario belga "Het Laatste Neuws" se moja al filo de la medianoche, acusando directamente a Soler en una breve reseña en su edición digital y haciendo mención a la Etapa 14, con final en Plateau de Beille.



Estos rumores se incrementan durante la madrugada en dirección al corredor colombiano, momento en el cual un usuario de Soloapuestas, que como buen viernes a la noche se habría tomado varias copas antes de regresar a casa, creería haberse propasado cuando, totalmente desconocedor de la situación, escribe lo siguiente a las 5 AM del sábado: “¿alguien sabe por qué la cuota de Mauricio Soler está a 2,50 en Betfair, si ya tiene ganada la clasificación de la montaña? Yo le he metido algo, pero no mucho por miedo a algo raro...”. De todas formas, contradictoriamente, me consta que varios apostantes “aficionados a pescar en río revuelto” se decidieron precisamente por la opción contraria. Todas las webs de apuestas deportivas, a excepción de las casas de intercambio o P2P (como Betfair) suspenden temporalmente las apuestas ante la asimetría de la información existente.

Posteriormente, a primera hora de la mañana se anuncia una rueda de prense a las 11 AM del sábado (ni confirma, ni desmiente), momento en el que gran parte del mercado da por hecho de que el positivo es real, lo que produce que se incrementen los movimientos en las apuestas contra Mauricio Soler y a favor de Alberto Contador, que se llega a intercambiar a @1,16 a ganador (86% de probabilidad implícita en el gráfico). Finalmente todo todo se desmiente en la rueda de prensa que da el equipo y la organización del Tour, y se afirma categóricamente de que se trataba de un bulo, especulándose con la posibilidad de que se hubiese debido a que alguien confundió el camión de Barloworld con el de la policía gala (!!).


En cualquier Mercado de Valores esta situación hubiese sido análoga a un rumor de movimiento corporativo (OPA o similar), a consecuencia del cual las cotizaciones pueden sufrir unas grandes variaciones, y se hubiese suspendido el mercado lo más rápidamente posible y no se hubiese abierto hasta acompañarlo de una nota oficial, clarificando la situación. Sin embargo en Betfair, a pesar de que el horario no era el más beneficioso y de la falta de información fiable, se intercambiaron esa noche entre Contador y Soler algo más de 200.000 €, del orden de la mitad de dinero que conllevó el mercado de Ganador de la Montaña en todo el Tour. Sorprendente. Además en el gráfico de arriba observo grandes dientes de sierra muy extraños y pronunciados, que me hacen sospechar que algún participante del mercado conocía la situación verdadera del “affair”.

Evidentemente en estas situaciones, si Betfair quiere convertir a sus mercados de apuestas en algo serio, debe de intervenir como hicieron el resto de webs de apuestas deportivas. Y aunque no les exijo a sus empleados que a primera hora del sábado estén a pie del cañón, en lugar de durmiendo la mañana, debería de haber un cambio de política en este tipo de situaciones. Porque si no, lo que se promociona es que los protagonistas se inventen bulos similares al comentado para obtener algún beneficio pecuniario, a costa de desprestigiar el deporte y subsidiariamente las apuestas.

jueves, 2 de agosto de 2007

Legislación relativa a las apuestas para los casos de descalificaciones en ciclismo

El doping influye en los resultados, ya que el participante es descalificado y su clasificación es oficialmente alterada.

"Los resultados de los eventos deportivos serán mediante la posición final o por adjudicación por el organismo de regulación oficial respectivo a menos que se haya establecido otro particular. Cualquier otro cambio posterior al resultado será considerado irrelevante para los propósitos de apuesta."


Sin embargo, a diferencia de las descalificaciones inmediatas (como pueda ser la de un equipo de relevos que entregó el testigo fuera de la zona reglamentaria, o la de un sprinter que maniobra antideportivamente en la recta final) cuando a un ciclista se le detecta un positivo el proceso es relativamente lento. En el mejor de los casos (ser considerado no apto por exceso de hematocrito) pasan un par de días. En el peor de los casos (contraanálisis), pueden ser semanas. Y para el bookie es un engorro tener que deshacer las apuestas a esas alturas. Como éste no es un caso que se dé aisladamente, sino que desgraciadamente es algo frecuente, las bookies con algo de experiencia en ciclismo han desarrollado una legislación específica para arbitrar estas situaciones.

"La clasificación con la que acabe en el podio será la determinante para las apuestas y no se verán afectadas por posteriores descalificaciones y/o apelaciones." (bet365)

La regla de Betfair es aun más específica para cubrirse las espaldas:

"Where there is a presentation ceremony, markets will be settled on the official result of the relevant governing body at the time of the ceremony, regardless of any subsequent disqualification or amendment to the resoult. If there is no presentation ceremony, outcomes will be determined in accordance with the official result of the relevant governing body, regardless of any subsequent disqualification or amendment to the result (except if an amendment is announced within 24 hours of the initial settlement of the relevant market in order to correct an error in reporting the result)."

Es decir, si no existe podium (que siempre existe en ciclismo), dan un margen de 24 horas para la rectificación del organismo oficial. Si hay podium, al que le den el ramo y los besos, gana, y esto es inapelable.



En las bookies en las que no existía normativa específica en este deporte (p.e. expekt), consulté al servicio de atención al cliente y me confirmaron que daban como buena la victoria de Vinokourov.

El único caso que conozco en el que puede haber problemas es en el caso de Bwin, como no… Este bookie tiene una cláusula muy original que puede ser de aplicación en estos casos:

"Bwin no reconoce más que los resultados que han sido obtenidos en el tereno o durante la competición. Los resultados obtenidos después de medidas disciplinarias tomadas por un tribunal deportivo u otro tribunal no cuentan en materia de apuestas. En caso de infracción a las reglas deportivas, la sociedad se reserva el derecho de congelar las ganancias y no entregarlas."

Lo que traducido al cristiano, esta congelación viene a significar que se reservan el hecho de dar perdida la apuesta a los que apostaron por el dopado (infracción a las reglas deportivas) y a los que apostaron por el resto de competidores (no ganaron). Negocio redondo, que me consta que Bwin hizo en el pasado en alguna ocasión. En el caso de Vinokourov, les envié un email solicitándoles información y su respuesta fue:

"Estimado/a, Gracias por su e-mail. Lamentablemente, no pudimos localizar su cuenta bwin a través de su nombre, y la dirección de e-mail utilizada por usted no se encuentra en nuestra base de datos. Para poder ofrecerle nuestra ayuda, le rogamos nos envíe su nombre de usuario y la dirección de e-mail con la que usted se registró en nuestra página."

Por lo que de primera mano, no puedo confirmar lo que hizo Bwin esta vez con las apuestas a favor de Vinokourov. Tal vez alguno de mis lectores pueda hacerlo, qué se yo…

martes, 31 de julio de 2007

Hipocresia sobre ruedas

Durante los últimos años, el endurecimiento de la persecución del uso de sustancias prohibidas en el ciclismo no ha conseguido el efecto disuasorio pretendido. La cultura establecida de medicación, el alto nivel de la carrera y las exigencias de los propios recorridos hace que el ciclista siga teniendo que recurrir a medicarse para mostrar un rendimiento competitivo. Nada ha cambiado y aunque la limpieza de este deporte probablemente haya aumentado, los esfuerzos policiales y científicos de los organismos deportivos y de la prensa sensacionalista han conseguido hacer parecer precisamente lo contrario. La única diferencia es que se ha conseguido borrar del mapa a las máximas figuras de este deporte de los últimos 10 años con unas sanciones de dimensiones máximas, provocando una gran desilusión en el aficionado, que anteriormente había admirado las hazañas de estos corredores en carrera, embobado y feliz como un niño en su propio "Matrix". Él es la verdadera víctima de este teatro.

Las clasificaciones se ven más desvirtuadas por las suspensiones por doping que por el mismo uso de estas prácticas. El año pasado se descalificó a Floyd Landis, tras haber hecho una exhibición de dimensiones sobrehumanas (como se demostró) y el beneficiado era Oscar Pereiro, otro corredor bajo sospecha en el marco de la Operación Puerto, lo que provocó que la justicia moral del Tour se mostrara reacia a concederle el triunfo al gallego. Tras la confesión de el bloque casi al completo de Telekom de los años 90 (diez años después), se pretendía eliminar a Bjarne Rijs de cualquier clasificación, cuando el segundo clasificado en el Tour que ganó era un jovencísimo Jan Ulrich, otro talentoso corredor desahuciado por cualquier equipo por su conexión con Eufemiano Fuentes. Estos y otros corredores que pasan ahora por tramposos, derrotaron a la mayoría de sus rivales en igualdad de condiciones, por lo que para mí son legítimos campeones. En la práctica se castiga a unos corredores con penas casi capitales y se deja impune a otros, sin que un observador neutral aprecie que la diferencia de sus actitudes merezca unos tratamientos tan dispares. Más bien parece que todos los corredores se medican mejor o peor y que el azar guía esta caza de brujas en el que la distancia entre el cielo y el subsuelo en una línea demasiado estrecha. Entonces un corredor da positivo y todo son caras largas. "Te tocó, macho".

Por otra parte, es mucho más deseable una medicación controlada por un buen expecialista, que realizada de forma descontrolada y amateur, como sucedió en el caso del malogrado Simpson. En la época dorada del ciclismo, los métodos de detección brillaban por su ausencia, lo que no significa que no existiese el doping. El caso más evidente fue el de Tom Simpson, probablemente el mejor corredor británico de la historia, falleció en 1967 a los 30 años, en el ascenso al Mont Ventoux, cuando iba escapado detrás de Julio Jiménez. Durante los días anteriores había sufrido problemas estomacales y su fallecimiento se considera que fue debido a una mezcla de alcohol, medicamentos, estimulantes (anfetaminas) y el calor reinante en la montaña, superior a los 40ºC. Esto es una hipótesis, ya que los resultados de su autopsia casualmente no trascendieron. Sus mayores triunfos durante su carrera fueron la Milán San Remo, la París-Niza y el Campeonato del Mundo.



El Tour de 1988 fue el verdadero comienzo de la lucha contra el doping, con la realización de controles eficientes. En ese Tour fue sancionado con una penalización de tiempo (finalizó 11º; una sanción de proporciones ridículas en comparación con el castigo mínimo de dos años actual) el melenudo escalador holandés del PDM Gert-Jan Theunisse, que fue “cazado” en dos ocasiones más posteriormente durante su carrera. En ese Tour estuvo a punto de ser sancionado Perico Delgado, a la postre vencedor, que dio positivo por probenecid, una sustancia enmascaradora. Pero la influencia y los esfuerzos del presidente de la UCI, el español Luis Puig, fue decisiva para que esta situación fuese sobreseída por motivos burocráticos, una situación que actualmente sería impensable.


En esa misma época se puso de moda la EPO, una hormona indetectable en aquel momento y que aumentaba el porcentaje de globulos rojos en sangre, pero que por negligencias médicas provocó una lista de fallecimientos prematuros por paro cardiaco en ciclistas centroeuropeos muy jóvenes, la mayoría de ellos amateurs, siendo Bert Oosterbosch (ganador de etapa de Vuelta a España) y Johanes Draaijer los más conocidos. El excesivo caudal sanguíneo les provocaba trombos y desequilibrios circulatorios. Una situación que pasó casi inadvertida en España, a pesar de artículos como el que se adjunta, de Josu Garai en Marca, hasta que en el Tour de 1991, el primero de Miguel Indurain, el PDM abandonó en bloque al sufrir todos sus corredores fiebre y taquicardia. Entre esos corredores estaba Sean Kelly, actual comentarista de Eurosport, y Erik Breukink, un corredor de aspiraciones máximas en ese momento y director de Rabobank en la actualidad.


El doctor Michelle Ferrari, gurú de la medicación deportiva, se hizo muy popular rápidamente. Su máxima era que "no existía el doping si no era detectado" (esto en un paso más allá del "todo lo que no está prohibido, está permitido"), como es legal copiar en un examen si el profesor no se percata. Su habilidad para conseguir este fin, la misma que para esquivar la persecución de la fiscalía italiana, le hizo acreedor de una cartera de clientes muy selecta. Entre otros pasaron por sus manos el flamente recordman de la hora Francesco Moser, Miguel Indurain (aunque solo en sus inicios, posteriormente fue cliente del doctor Conconi), Eugeny Berzin, Gianni Bugno, Pavel Tonkov, Tony Romiger, Abraham Olano, Marco Pantani, Iván Gotti y Lance Amstrong, entre otros. Particularmente su relación con el americano era tan estrecha que incluso le aconsejaba durante las etapas, vía teléfono móvil (!!). Sin embargo, el italiano parece haber ir perdiendo tino en los últimos años, ya que varios de sus últimos pupilos han sido “cazados”: el kazajo Vinokourov, campeón olímpico, dio positivo en este Tour tras detectársele una transfusión sanguínea proveniente de un tercero; Rassmussen se vio obligado a eludir dos controles “por sorpresa” lo que provocó su exclusión de un Tour que tenía ganado, pero en el que nunca debió de haber participado; y al ya mencionado Floyd Landis se le detectó testosterona el pasado año después de lucir el maillot amarillo en los Campos Elíseos.

La medicación generalizada, que trajo como consecuencia la disminución de los errores y los desfallecimientos, condujo a que ganase el más fuerte reiteradamente durante varios años: primero Indurain y luego Amstrong. Por lo que la mayor rivalidad deportiva en el ciclismo contemporáneo probablemente fue la de Ferrari con su alterego español Eufemiano Fuentes. El médico canario empezó a rivalizar con el italiano, especializándose en las autotransfusiones. Por sus manos pasaron otras figuras de primer nivel como Ulrich, Ivan Basso, Beloki, Mancebo, Roberto Heras, Nozal, Óscar Sevilla y Ángel Casero, nombres que han quedado marcados para el ciclismo por su relación con la Operación Puerto y que en la actualidad están apartados de la competición o reducidos en equipos que sólo participan en competiciones de segundo nivel, fuera del UCI Pro Tour. También se asocia a Fuentes con Pereiro y Valverde, al haberse encontrado bolsas de sangre identificadas con el nombre de sus perros, lo que sin ser algo concluyente no deja de ser hasta cierto punto incriminatorio, pese a lo cual ellos sí han conseguido proseguir con normalidad la práctica deportiva.