A falta de dos carreras para el final del Campeonato del Mundo de Formula 1 todo parecía visto para sentencia. Hamilton había conseguido la pole en China y había logrado intercalar a los dos Ferraris entre él y Alonso. Para mayor facilidad, en el día de la carrera comienza a llover y el pobre rendimiento habitual de la escudería italiana sobre estas condiciones posibilitó que Lewis consiguiera abrir hueco. En estas condiciones, su título mundial había caído a valores mínimos, pagándose a @1,05 en las casas de intercambio. Muy alto parece incluso, viéndolo ahora a posteriori, sobre el papel. Pero en este extraño deporte de las ruedas y los pistones, en cualquier momento surgen las dificultades técnicas. Pero ¿es deporte las carreras de coches? Desde luego no más deporte que el ajedrez, en el que la habilidad prima por encima de la resistencia física, aunque es innegable que existen efectos de ese sentido de modo subsidiario (los pilotos de F1 pueden llegar a perder 4 o 5 litros/kilos durante una carrera especialmente calurosa). No más deporte que el turf, donde los verdaderos deportistas son los pobres caballos, que galopan a golpe de tizón en el culo y tirones de oreja, tan valiosos para sus dueños, como desconocidos para la opinión pública. En la F1 los verdaderos protagonistas son los ingenieros y las tramas de despachos. Y en esa tesitura, parece que en el equipo de McLaren y Ron Dennis tiene muy claro cuál tiene que ser su caballo ganador.
Pero los imponderables son inevitables. Muchas cosas pueden fallar. Lo más grave es cuando el motor dice basta. Algo menos graves son los problemas de neumáticos, que suelen provocar una pérdida como un goteo de segundos vuelta a vuelta, que puede derivar en la necesidad de cambiar dichas piezas o de aguantar largo tiempo bajo una conducción difícil. Así, cuando a Hamilton le empezaron a fallar las gomas en China y fue adelantado por Hamilton y pudo ver a Alonso por su retrovisor se puso inevitablemente algo nervioso. Y esto desembocó en un error, que fue celebrado por Lobato y compañía, borrachos de emoción (altamente recomendable ver el siguiente vídeo con la repetición de la jugada):
Nota: el video original ha sido suprimido y ya no se pueden ver las escenas de la carrera, pero esta otra copia con el audio tampoco está del todo mal.
La conclusión final fue un segundo puesto de Alonso. La cuota a campeón se movió temporalmente a @1,50 durante la carrera, en un movimiento evidentemente de sobrevaloración, ya que como hemos visto durante toda la temporada, entre los 4 coches importantes no se produce ningún adelantamiento fuera del pit-stop salvo cuando existen circunstancias especiales. Finalmente, tras la confirmación de la victoria de Kimi Raikkonen, la cuota a campeón de Lewis Hamilton se estabilizó en torno a @1,38.
Para valorar las condiciones para entrar a esta cuota o no, había que tener en cuenta las siguientes posibilidades:
Victoria de Alonso y algo más: para que Alonso sea campeón del mundo necesita ganar y colocar detrás de sí a un Ferrari. En otra condición es prácticamente necesario un problema para Hamilton, más o menos serio, ya que los 4 mejores coches de la parrilla han finalizado repetidamente en estas posiciones durante la temporada. Eso sí, sólo ha ocurrido en 2 ocasiones que todas los Ferrari y McLaren hayan tenido carreras inmaculadas. Concretamente, Hamilton ha sido el piloto más regular y sólo ha finalizado una carrera por debajo del 4º puesto (Turquía). En aquella ocasión, en una carrera muy accidentada para Hamilton, con reventón incluido (editado). La regularidad hasta ayer fue la bandera del piloto afroinglés.
Abandono: las cuotas límites para la victoria de Hamilton son las de su abandono. Viendo la regularidad de los mejores equipos, podemos establecer que en 1 de cada 8/9 carreras un coche puntero abandona, independientemente de la meteorología. Un abandono de Hamilton practicamente le descarta ya que tanto Alonso como Kimi le podrían adelantar. Esto significa una cuota mínima del orden de @1,13-1,15.
El circuito: La tónica de las carreras ha sido que ha habido circuitos que eran más favorables a Ferrari y otros que lo eran a McLaren. A priori, en las últimas carreras de la temporada la situación era difícilmente predecible. Sin embargo, tras las 2 primeras sesiones de entrenamiento, las cosas pueden verse con más claridad en el GP de Brasil. Eso sí, para cualquiera que recuerde el circuito de Interlagos de cualquier juego de computadora de Formula 1, recordará que tiene una parte rápida, coincidente con la recta de meta, muy larga, al final de la cual es una zona muy favorable para que los mejores coches se quiten de en medio a los más limitados.
Kimi: La presencia amenazante del piloto nórdico es tenebrosa para McLaren, pero también un gran aliado para Fernando Alonso. Las posibilidades para ganar de Raikkonen son remotas y pasan por un abandono de Hamilton, pero si él no estuviese ahí, los fantasmas de una posible colisión entre Alonso y Hamilton serían reales. En las últimas ocasiones en las que se vivió una situación similar sucedieron estos incidentes, con Michael Schumacher como protagonista doble y anteriormente entre Senna y Prost, en una lucha intestina también con McLaren de protagonista.
La meteorología: La lluvia puede ser el gran aliado de los dogs en estas condiciones. Cuanto más inestables sean las condiciones, más factible es que existan errores e incidencias, como se ha visto en las 2 últimas carreras. Además, tanto Alonso como Raikkonen no tienen ningún problema pilotando con agua, lo que no se puede decir de otros pilotos como Massa. El agua tiene sus propias reglas e iguala mecánicas. En su buena época, Rubens Barrichelo era un piloto muy destacado y en MotoGP, Sete Gibernau también ha asociado la lluvia con alguna de sus mejores actuaciones.
Nuevo motor: Según la reglamentación actual, los motores deben de durar dos carreras. En la segunda carrera de cada motor su durabilidad es más dudosa. Hamilton, que viene de estrellarse en su carrera anterior, podrá estrenar motor sin ser penalizado, lo que le dará cierta ventaja en ese aspecto.
Pero los imponderables son inevitables. Muchas cosas pueden fallar. Lo más grave es cuando el motor dice basta. Algo menos graves son los problemas de neumáticos, que suelen provocar una pérdida como un goteo de segundos vuelta a vuelta, que puede derivar en la necesidad de cambiar dichas piezas o de aguantar largo tiempo bajo una conducción difícil. Así, cuando a Hamilton le empezaron a fallar las gomas en China y fue adelantado por Hamilton y pudo ver a Alonso por su retrovisor se puso inevitablemente algo nervioso. Y esto desembocó en un error, que fue celebrado por Lobato y compañía, borrachos de emoción (altamente recomendable ver el siguiente vídeo con la repetición de la jugada):
Nota: el video original ha sido suprimido y ya no se pueden ver las escenas de la carrera, pero esta otra copia con el audio tampoco está del todo mal.
La conclusión final fue un segundo puesto de Alonso. La cuota a campeón se movió temporalmente a @1,50 durante la carrera, en un movimiento evidentemente de sobrevaloración, ya que como hemos visto durante toda la temporada, entre los 4 coches importantes no se produce ningún adelantamiento fuera del pit-stop salvo cuando existen circunstancias especiales. Finalmente, tras la confirmación de la victoria de Kimi Raikkonen, la cuota a campeón de Lewis Hamilton se estabilizó en torno a @1,38.
Para valorar las condiciones para entrar a esta cuota o no, había que tener en cuenta las siguientes posibilidades:
Victoria de Alonso y algo más: para que Alonso sea campeón del mundo necesita ganar y colocar detrás de sí a un Ferrari. En otra condición es prácticamente necesario un problema para Hamilton, más o menos serio, ya que los 4 mejores coches de la parrilla han finalizado repetidamente en estas posiciones durante la temporada. Eso sí, sólo ha ocurrido en 2 ocasiones que todas los Ferrari y McLaren hayan tenido carreras inmaculadas. Concretamente, Hamilton ha sido el piloto más regular y sólo ha finalizado una carrera por debajo del 4º puesto (Turquía). En aquella ocasión, en una carrera muy accidentada para Hamilton, con reventón incluido (editado). La regularidad hasta ayer fue la bandera del piloto afroinglés.
Abandono: las cuotas límites para la victoria de Hamilton son las de su abandono. Viendo la regularidad de los mejores equipos, podemos establecer que en 1 de cada 8/9 carreras un coche puntero abandona, independientemente de la meteorología. Un abandono de Hamilton practicamente le descarta ya que tanto Alonso como Kimi le podrían adelantar. Esto significa una cuota mínima del orden de @1,13-1,15.

Kimi: La presencia amenazante del piloto nórdico es tenebrosa para McLaren, pero también un gran aliado para Fernando Alonso. Las posibilidades para ganar de Raikkonen son remotas y pasan por un abandono de Hamilton, pero si él no estuviese ahí, los fantasmas de una posible colisión entre Alonso y Hamilton serían reales. En las últimas ocasiones en las que se vivió una situación similar sucedieron estos incidentes, con Michael Schumacher como protagonista doble y anteriormente entre Senna y Prost, en una lucha intestina también con McLaren de protagonista.
La meteorología: La lluvia puede ser el gran aliado de los dogs en estas condiciones. Cuanto más inestables sean las condiciones, más factible es que existan errores e incidencias, como se ha visto en las 2 últimas carreras. Además, tanto Alonso como Raikkonen no tienen ningún problema pilotando con agua, lo que no se puede decir de otros pilotos como Massa. El agua tiene sus propias reglas e iguala mecánicas. En su buena época, Rubens Barrichelo era un piloto muy destacado y en MotoGP, Sete Gibernau también ha asociado la lluvia con alguna de sus mejores actuaciones.
Nuevo motor: Según la reglamentación actual, los motores deben de durar dos carreras. En la segunda carrera de cada motor su durabilidad es más dudosa. Hamilton, que viene de estrellarse en su carrera anterior, podrá estrenar motor sin ser penalizado, lo que le dará cierta ventaja en ese aspecto.