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lunes, 17 de septiembre de 2007

Donde las dan las toman (España vs Rusia)



Para una cadena con unas limitaciones actuales como Televisión Española, es sorprendente que no utilizase para su autopromoción la posibilidad de transmitir la final del Campeonato de Europa de Voleibol. Tal vez se pensaba que España tenía poco que hacer contra la anfitriona y gran favorita, Rusia, un equipo con mejores condiciones antropométricas, el público a favor y más jugadores con un saque difícil. Sin embargo, de forma apresurada, introducieron el partido con calzador en medio de la programación cuando se apercibieron de que España estaba a punto de llevar el partido al 5º y definitivo set.

El voley en España salió del tercermundismo con gente como Paco Sánchez Jover o Sixto Jiménez (también precursor del voley-playa y diploma olímpico con el laureado Javi Bosma). La primera actuación internacional destacable tuvo lugar en los juegos de Barcelona'92, a los que se acudió en calidad de organizadores, pero para sorpresa general el equipo logró colarse entre los ocho mejores, con partidos memorables como el llevar al 5º set a la entonces defensora del título selección americana, cuyos componentes se habían rapado el pelo a modo de protesta contra el arbitraje recibido en el partido inagural. En aquel equipo empezaba a destacar un joven opuesto de 22 años Rafa Pascual, un jugador que poco tiempo después se iba a convertir en el considerado mejor jugador de ataque del mundo y un auténtico ídolo de masas en Italia y en Japón. Sin embargo, durante la plenitud de Rafa, la selección no brilló a pesar de que le acompañaba una generación de jóvenes muy interesante (la de Miguel Ángel Falasca, Kikín de la Fuente y Juanjo Salvador). Equipos como Italia, Brasil, Serbia, Holanda, Cuba o Rusia se nos mostraban inaccesibles en los momentos decisivos, repetidamente.

La cobertura mediática abandonó a la selección, perdida entre un maremagnum de competiciones y ligas internacionales, pero que no acababa de culminar, hasta que de forma sorprendente y bajo la mano del gurú italiano Anastasi (una especie de Capello del voleibol), la selección 2007 se plantó en la final invicta, contra un equipo en las mismas condiciones y que sólo había cedido 4 sets en los 7 partidos precedentes: Rusia. Tras vencer sorprendentemente en el primer set y con cierta autoridad, algo que se cotizaba a @3,5 en algunos lives, Rusia se impuso en los 2 siguientes y consiguió igualar el marcador del 4º set justo cuando parecía que España iba a poder forzar el desempate. Los españoles protestaron varias decisiones dudosas en torno a las líneas y salieron rebotados en varios contactos cerca de la red. El voley se volvió más físico y Enrique de la Fuente se lesionaba. Pero su sustituto era un histórico con el que el deporte tenía una deuda: Rafael Pascual, a sus 38 años, entraba al escenario fundamental de los acontecimientos. Habiendo perdido la capacidad de salto que le hiciese famoso y el protagonismo ofensivo en manos de Guillermo Falasca y Israel Rodríguez (lo mismo que le sucedió a otros opuestos de clase mundial como Joel Despaigne), su misión actual era la defensa, pero casualidad o no, pudo considerársele el revulsivo, dado que el punto definitivo del 4º set tuvo lugar con su saque. Sorprendentemente, España adquirió una confortable ventaja a comienzo del set definitivo, y pudo administrarla para conseguir por primera vez en su historia el oro en una competición internacional de primer nivel.



Pocas horas después del mismo Domingo 16 de Septiembre de 2007, tenía lugar el segundo round entre España y Rusia, en la final del Campeonato de Europa de baloncesto. A diferencia del evento señalado anteriormente, la cobertura mediática fue brutal. La sexta retransmitió todos los partidos de la competición y realizó una campaña de promoción destacable con una antelación importante.



España aplastó a casi todos los rivales en los amistosos y en los partidos oficiales. Es cierto que también cayó derrotada en el último partido de la primera fase ante Croacia, con un triple sobre la bocina de un jugador defenestrado por el Real Madrid, Marko Tomas (y hasta aquí la situación ya se había comentado en una entrada anterior en este blog). Pero en la segunda mitad de la competición el equipo vuelve a cargarse las pilas y vence holgadamente a Rusia y Grecia, volviendo a rozar los helenos la humillación como en la final del Campeonato del Mundo. También derrota por más de 20 puntos a una Israel, que iba por delante al descanso practicando un baloncesto colectivo de ataque muy eficiente. Y en cuartos de final, la selección toca techo al derrotar por 28 puntos a la Alemania de Dirk Nowitzki, actual MVP de la NBA, situación que pudo haber sido más sonrojante, dado que a principios del último cuarto España manejó una diferencia en torno a los 40 puntos de ventaja.

Pero en semifinales, se empieza a ver que las cosas comenzaban a fallar. Para empezar el reloj de posesión se volvía loco y se decide llevar las posesiones de forma manual durante el primer cuarto. Esperpento. Bonita forma de promocionar Madrid para futuribles Mundobaskets o Juegos Olímpicos. Mucho hablar de festejos, mucho quejarse de los árbitros, lo cierto es que los griegos no se quedaban atrás. Iturriaga se mofaba de Spanoulis, ignorando que había tenido molestias físicas durante el torneo, hasta que el ex base de los Rockets empezó a torpedear la canasta española. Afortunadamente, la inspiración de la bomba Navarro (ra-ta-ta-ta-ta...) desde la linea de tres decidió el partido y esta vez el conjunto de Yiannakis no pudo obrar una de sus habituales y milagrosas remontadas en los últimos segundos.

Mal empezó la final cuando nos preocupaba más como celebrar el título que el rival. Muchas personalidades se acercaron para salir por la tele: Felipe y Leticia (los príncipes), Calderón (prometió que ganaríamos), Serrat, Pedro J, José María García o ZP (presidente del gobierno). Pero a nadie le alarmó que un deportista "con flor" como Rafa Nadal, hubiese sido sustituido por Raúl González. Se llegó a sugerir que los rusos habían festejado por todo lo alto la plata y que habían disfrutado de la noche madrileña hasta altas horas de la madrugada, catando la pureza de los cacharros de vodka. Y otra vez en el primer cuarto, una nueva representación folclórica, cuando la red del aro se desprende parcialmente y entra un personaje bajito, con el pelo cano, muy parecido a Carlos Pumares, que escalera en mano, consigue su minuto de gloria reparando la avería. Aun así España aplastó a Rusia a triples en el primer cuarto (22-12) y ellos no metían nada.

Pero según transcurrió el partido se empezó a ver que no era el día de España. De sus cuatro NBAs (omito al Mojo Picón), dos estaban muy mermados físicamente y otro erraba casi todas sus acciones ofensivas: Pau Gasol. España, refugiada en su acierto exterior, se quedó sin ningún otro recurso, lo que contribuyó a que el marcador llegase igualado al final del partido. España tuvo la iniciativa, pero perdió varios balones y a falta de poco más de veinte segundos Rusia jugaba para adelantarse, cosa que logra Holden, el único ruso negro que existe, con un tirito en suspensión típico suyo, pero que entró con bastante suspense. Faltaban dos segundos. Tiempo muerto. Pau Gasol estaba pálido, completamente lívido. Tras la reanudación el balón le llega a él. "Ey, Pau, sólo te quedan 2 segundos; ey, Pau, sólo te queda un segundo, la vida puede ser maravillosa". Pero el aro escupió su bola. Donde las dan, las toman, y Rusia tomó cumplida venganza.