(Esta serie dedicada al margen de una apuesta está siendo publicada en Soloapuestas, aunque el proceso de publicación se ha visto interrumpido ya que el transcriptor está buscándo términos lingüísticamente apropiados para tecnicismos como cuchicuotas. Ignoro si será reanudado. Por lo demás, lo cuelgo en mi blog para que los interesados puedan ver las conclusiones y que el trabajo quede archivado de forma ordenada, como hago con el resto de mis entradas, para ser consultadas y examinadas en el futuro.)
A muchos les parece que es muy sencillo mantener unos ratios de acierto suficientemente elevados para construir una pequeña fortuna personal. Pero bueno… Hay cosas más fáciles. Por ejemplo es más fácil ser una empresa que acepte apuestas (bookie). Es sencillo, aceptemos apuestas en las que tenemos ventaja y así podremos satisfacer la publicidad de la camiseta del Barça, los anuncios en Eurosport y los onerosos impuestos del Gibraltar de turno. Tal vez tengamos que pagar sueldos a algún empleado, pero también es cierto que podemos directamente copiar las cuotas de otras bookies y ahorrarnos gastos en recursos humanos. Si algún fenómeno nos saquea utilizaremos una política “personalizada”. Son personas “non gratas”. Limitaremos el importe máxima de sus apuestas de forma más agresiva que lo habitual, retrasaremos sus pagos, no le dejaremos loguearse de vez en cuando, etcétera. Estos no son los clientes que nos interesan…
¿Pero de dónde sale tanto beneficio? Acaso los mejores tipsters son los empleados de las casas de apuestas como oddsmakers. Nada que ver con eso. Es más, conozco personalmente el caso de un par de oddsmakers, que lo han sido en el pasado, e incluso de alguno que quiere serlo en el futuro, cuya valía como tipsters es más que dudosa.
La casa juega con 2 ventajas principales. En primer lugar nos oculta una información muy importante que es la cantidad de dinero que hay apostada para cada opción de las apuestas y la que ha habido en el pasado. Esa información y el uso de técnicas estadísticas facilita a sus empleados la asignación de cuotas que coincidan con la opinión del mercado (otra cosa es que algún oddsmaker desetime estas posibilidades por pura pereza). Alguien podría decir que esto no sucede así con todos los bookies y que por ejemplo Betfair si permite conocer con mucha exactitud cómo se ha movido el dinero y las posiciones existentes. Pero en este caso todas las apuestas están igualadas entre usuarios. La existencia de un gran movimiento en un sentido implica una contrapartida en el contrario, mientras en una casa tradicional no tiene por qué ser así necesariamente. Pueden cerrar las apuestas sin haberlas cuadrado perfectamente, de forma que el bookie asume un riesgo. Es decir, la casa puede perder dinero en una apuesta concreta. Y de hecho les sucede con relativa frecuencia, sobre todo en apuestas marginales y minoritarias.
Una vez conseguido esto nos proponen unas cuotas ventajosas para la casa, que de forma indirecta se reserva un pequeño margen o comisión, lo mismo que si fueran un niño de 12 años vendiendo papeletas de lotería para su viaje de estudios. Vamos a estudiar un poco más en profundidad el concepto de margen, desde el punto de vista del apostante.
Quiero puntualizar una cosa. Como ya comenté en una entrada anterior, existe un concepto universalizado para el margen de las cuotas en términos de incremento de probabilidad, que siempre es positivo, y que sirve para dar una idea de cuánto graba cada bookie todas las proposiciones de una apuesta de forma global. Pero esta comision no se distribuye de forma equitativa entre las opciones. Parte del objeto de estudio de estos artículos es discernir qué tipo de apuestas están más castigadas en función de su probabilidad de éxito.
El margen de una apuesta es la diferencia entre el valor esperado de una apuesta justa y el valor esperado de la misma apuesta con la cuota que le asigna la casa de apuestas. En una apuesta justa, la esperanza es obtener como reintegro la cantidad apostada. Por tanto, el margen seria:
Margen (%) = (1 – C•P) • 100
Siendo
C=cuota del evento propuesta por la casa de apuestas
P=probabilidad de éxito de la apuesta
Evidentemente, P es desconocida. Eso puede dar lugar a que en ocasiones la casa valore mal el evento y ofrezca márgenes negativos (a favor del apostante). Pero este no será el caso general. Además aun es ese caso la casa podría obtener beneficios si el mercado toma como buena la estimación que realiza la casa y distribuye sus apuestas de forma iersamente proporcional a las cuotas y no a la probabilidad real del evento.
ver parte 2 de 4
A muchos les parece que es muy sencillo mantener unos ratios de acierto suficientemente elevados para construir una pequeña fortuna personal. Pero bueno… Hay cosas más fáciles. Por ejemplo es más fácil ser una empresa que acepte apuestas (bookie). Es sencillo, aceptemos apuestas en las que tenemos ventaja y así podremos satisfacer la publicidad de la camiseta del Barça, los anuncios en Eurosport y los onerosos impuestos del Gibraltar de turno. Tal vez tengamos que pagar sueldos a algún empleado, pero también es cierto que podemos directamente copiar las cuotas de otras bookies y ahorrarnos gastos en recursos humanos. Si algún fenómeno nos saquea utilizaremos una política “personalizada”. Son personas “non gratas”. Limitaremos el importe máxima de sus apuestas de forma más agresiva que lo habitual, retrasaremos sus pagos, no le dejaremos loguearse de vez en cuando, etcétera. Estos no son los clientes que nos interesan…
¿Pero de dónde sale tanto beneficio? Acaso los mejores tipsters son los empleados de las casas de apuestas como oddsmakers. Nada que ver con eso. Es más, conozco personalmente el caso de un par de oddsmakers, que lo han sido en el pasado, e incluso de alguno que quiere serlo en el futuro, cuya valía como tipsters es más que dudosa.
La casa juega con 2 ventajas principales. En primer lugar nos oculta una información muy importante que es la cantidad de dinero que hay apostada para cada opción de las apuestas y la que ha habido en el pasado. Esa información y el uso de técnicas estadísticas facilita a sus empleados la asignación de cuotas que coincidan con la opinión del mercado (otra cosa es que algún oddsmaker desetime estas posibilidades por pura pereza). Alguien podría decir que esto no sucede así con todos los bookies y que por ejemplo Betfair si permite conocer con mucha exactitud cómo se ha movido el dinero y las posiciones existentes. Pero en este caso todas las apuestas están igualadas entre usuarios. La existencia de un gran movimiento en un sentido implica una contrapartida en el contrario, mientras en una casa tradicional no tiene por qué ser así necesariamente. Pueden cerrar las apuestas sin haberlas cuadrado perfectamente, de forma que el bookie asume un riesgo. Es decir, la casa puede perder dinero en una apuesta concreta. Y de hecho les sucede con relativa frecuencia, sobre todo en apuestas marginales y minoritarias.
Una vez conseguido esto nos proponen unas cuotas ventajosas para la casa, que de forma indirecta se reserva un pequeño margen o comisión, lo mismo que si fueran un niño de 12 años vendiendo papeletas de lotería para su viaje de estudios. Vamos a estudiar un poco más en profundidad el concepto de margen, desde el punto de vista del apostante.
Quiero puntualizar una cosa. Como ya comenté en una entrada anterior, existe un concepto universalizado para el margen de las cuotas en términos de incremento de probabilidad, que siempre es positivo, y que sirve para dar una idea de cuánto graba cada bookie todas las proposiciones de una apuesta de forma global. Pero esta comision no se distribuye de forma equitativa entre las opciones. Parte del objeto de estudio de estos artículos es discernir qué tipo de apuestas están más castigadas en función de su probabilidad de éxito.
El margen de una apuesta es la diferencia entre el valor esperado de una apuesta justa y el valor esperado de la misma apuesta con la cuota que le asigna la casa de apuestas. En una apuesta justa, la esperanza es obtener como reintegro la cantidad apostada. Por tanto, el margen seria:
Margen (%) = (1 – C•P) • 100
Siendo
C=cuota del evento propuesta por la casa de apuestas
P=probabilidad de éxito de la apuesta
Evidentemente, P es desconocida. Eso puede dar lugar a que en ocasiones la casa valore mal el evento y ofrezca márgenes negativos (a favor del apostante). Pero este no será el caso general. Además aun es ese caso la casa podría obtener beneficios si el mercado toma como buena la estimación que realiza la casa y distribuye sus apuestas de forma iersamente proporcional a las cuotas y no a la probabilidad real del evento.
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