Como ya se ha mencionado en algún comentario realizado por el visitante del blog y porque es una expresión peculiar y que está relativamente extendida, me gustaría explicar qué significa para mí "el efecto borrego".
En el fondo es algo muy parecido al efecto "bola de nieve" de los mercados financieros. De esta forma se conoce en dichos escenarios a una situación muy típica. Es sabido que los grandes mercados bursátiles se mueven al antojo de los grandes grupos inversores. Ellos se pueden permitir mantener o hundir artificialmente la cotización de cualquier pequeño valor. Se comportan como jugadores de póquer profesionales, rara vez pelean entre ellos salvo en luchas de poder con componente estratégico. Ellos son los grandes dominadores del sistema y su lucha es evitar que los beneficios de la especulación financiera caigan en manos exógenas, como pueden ser las de los accionistas minoritarios. Por eso cada cierto tiempo, en un determinado valor, los grandes inversores de ese mercado escondidos detrás de nombres de agencias reputadas, colocan en venta una gran cantidad de sus acciones, derribando la cotización. A este primer movimiento, siempre sigue una reacción. La respuesta de muchos inversores, pequeños accionistas, agencias débiles, menos informados y temerosos de que exista un cambio en la tendencia del valor. La bola de nieve va creciendo y cuanto mayor es, más rápidamente se mueve y mayor es su fuerza y poder destructivo. Este eco, esta repuesta, amplifica por 2 o 3 veces el impacto del movimiento original y no es raro ver que el que retome el impulso hacia arriba con las primeras compras fuertes sean casualmente las mismas agencias que provocaron la caída, cerrando un ciclo evidente de simple especulación financiera. Cuando sucede así, también se dice que alguien ha "sacudido el árbol" para, obviamente, recoger las manzanas que no han podido aguantar.
¿Quién dice que esto no pueda pasar en las apuestas? Es evidente que al menos en las casas de P2P hay correctores en el mercado, grandes apostadores. Ni siquiera hace falta ser un gran apostador. Los tipsters más reputados de los grandes foros son capaces de mover por ellos mismos las cotizaciones por las recomendaciones (o picks) que publican. Sin embargo, creo que en la mayor parte de las veces, el catalizador del movimiento proviene de los propios deportistas y se genera de forma natural y caótica. Una situación muy habitual se da en un partido de tenis cuando un tenista se lesiona. Se sienta en su silla y pide la asistencia del fisioterapeuta. La cotización baja bruscamente. A continuación llega el fisio y se pone a hablar con el jugador. El jugador pone mala cara, cara de pena y de sufrimiento. La cotización sigue bajando y cuanto más larga sea la charla, más baja. Cuando el jugador es alguien extrovertido, como Novak Djokovic, la cotización baja más aun ya que su mímica de Ace Ventura no tranquiliza mucho al mercado. Luego llega el tratamiento. Si es excesivamente aparatoso, como un fuerte vendaje o un masaje especialmente doloroso, el mercado también lo recoge mal. Al final, el castigo a la cuota del jugador aparentemente lesionado es enorme. La cuota de Roger Federer en la final de Wimbledon, cuando Rafa Nadal pidió asistencia médica con 5-1 para el manacorí en el 4º set, cayó de @1,80 a @1,20. Sin embargo, excepto cuando es evidente que un jugador se va a retirar, en gran parte de los casos cuando el tenista vuelve al juego, se comprueba que su situación aun es competitiva y la cuota se recupera parcialmente. Incluso en situaciones desesperadas, las apariencias aun pueden ser muy engañosas, ya que determinados deportistas, o en determinadas situaciones, la capacidad agonística puede ser importante. En la final de Roland Garros de 2004, Coria sufrió fuertes calambres en el 4º set y regaló un punto tras otro, sin poder correr, y cojeando por la pista. Cuando nadie daba un duro por él, no entendiéndose porqué no se retiraba, en el 5º y definitivo volvió a jugar a ritmo competitivo, después de que el músculo hubiese asimilado el medicamento.
En estos casos, si el apostante no está viendo el partido por televisión y ve un movimiento de este calibre en la cuota, esta tentado de seguir la dirección de ese movimiento, aun en el caso de no tener ninguna información sobre la causa que lo provoca. A esto se le denomina "efecto borrego". Puede salir bien, pero no es algo que se pueda recomendar, a la vista de todo lo comentado anteriormente.
También puede haber "efecto borrego" en apuestas convencionales, sin ser en Live. ¿Cómo explicar movimientos de las cuotas inexplicables? Pueden ser fixeds. No es algo que pase de forma aislada, como podría pensar alguno tras lo comentado del affair del Vassallo-Davydenko. En tenis, en los últimos años hay sospechas sobre no menos de 138 partidos presuntamente amañados, según Sunday Telegraph. Y mientras tanto, las autoridades deportivas pierden el tiempo en el ciclismo con una lucha contra la medicina punta, que es imposible de ganar. También puede ocurrir que un equipo vaya a tomar parte en el evento en unas condiciones anormales. El año pasado, Aalborg, el tercer equipo danés del balonmano femenino, con muchos problemas de lesionadas y teniendo que compatibilizar la competición nacional con la Copa de Europa, presentó en la última jornada a su equipo juvenil para enfrentarse a Esberg, actual equipo de Marta Mangue, pero que el año pasado era un candidato claro a evitar el descenso. Un partido que debería ser en condiciones normales un handicap -7/-8 para el visitante, finalizó con el resultado de 48-16 (!!).
En ambos casos, puede ser complicado encontrar información sobre las causas que provocan un movimiento de cuotas tan brutal y el apostador puede sentirse tentado de dejarse llevar por la corriente y apostar sin conocer las razones, únicamente siguiendo a la masa, siguiendo a un pastor. "Moraleja: Nunca vayais en contra del mercado. Cuando aparecen esas cuotas, es mejor estar al margen o sumarse a la corriente. Ponerse en contra es ridiculo porque está claro que alguien tiene más información que nosotros. (y mas dinero, por supuesto)." (cita de protennigbetting)
En el fondo es algo muy parecido al efecto "bola de nieve" de los mercados financieros. De esta forma se conoce en dichos escenarios a una situación muy típica. Es sabido que los grandes mercados bursátiles se mueven al antojo de los grandes grupos inversores. Ellos se pueden permitir mantener o hundir artificialmente la cotización de cualquier pequeño valor. Se comportan como jugadores de póquer profesionales, rara vez pelean entre ellos salvo en luchas de poder con componente estratégico. Ellos son los grandes dominadores del sistema y su lucha es evitar que los beneficios de la especulación financiera caigan en manos exógenas, como pueden ser las de los accionistas minoritarios. Por eso cada cierto tiempo, en un determinado valor, los grandes inversores de ese mercado escondidos detrás de nombres de agencias reputadas, colocan en venta una gran cantidad de sus acciones, derribando la cotización. A este primer movimiento, siempre sigue una reacción. La respuesta de muchos inversores, pequeños accionistas, agencias débiles, menos informados y temerosos de que exista un cambio en la tendencia del valor. La bola de nieve va creciendo y cuanto mayor es, más rápidamente se mueve y mayor es su fuerza y poder destructivo. Este eco, esta repuesta, amplifica por 2 o 3 veces el impacto del movimiento original y no es raro ver que el que retome el impulso hacia arriba con las primeras compras fuertes sean casualmente las mismas agencias que provocaron la caída, cerrando un ciclo evidente de simple especulación financiera. Cuando sucede así, también se dice que alguien ha "sacudido el árbol" para, obviamente, recoger las manzanas que no han podido aguantar.
¿Quién dice que esto no pueda pasar en las apuestas? Es evidente que al menos en las casas de P2P hay correctores en el mercado, grandes apostadores. Ni siquiera hace falta ser un gran apostador. Los tipsters más reputados de los grandes foros son capaces de mover por ellos mismos las cotizaciones por las recomendaciones (o picks) que publican. Sin embargo, creo que en la mayor parte de las veces, el catalizador del movimiento proviene de los propios deportistas y se genera de forma natural y caótica. Una situación muy habitual se da en un partido de tenis cuando un tenista se lesiona. Se sienta en su silla y pide la asistencia del fisioterapeuta. La cotización baja bruscamente. A continuación llega el fisio y se pone a hablar con el jugador. El jugador pone mala cara, cara de pena y de sufrimiento. La cotización sigue bajando y cuanto más larga sea la charla, más baja. Cuando el jugador es alguien extrovertido, como Novak Djokovic, la cotización baja más aun ya que su mímica de Ace Ventura no tranquiliza mucho al mercado. Luego llega el tratamiento. Si es excesivamente aparatoso, como un fuerte vendaje o un masaje especialmente doloroso, el mercado también lo recoge mal. Al final, el castigo a la cuota del jugador aparentemente lesionado es enorme. La cuota de Roger Federer en la final de Wimbledon, cuando Rafa Nadal pidió asistencia médica con 5-1 para el manacorí en el 4º set, cayó de @1,80 a @1,20. Sin embargo, excepto cuando es evidente que un jugador se va a retirar, en gran parte de los casos cuando el tenista vuelve al juego, se comprueba que su situación aun es competitiva y la cuota se recupera parcialmente. Incluso en situaciones desesperadas, las apariencias aun pueden ser muy engañosas, ya que determinados deportistas, o en determinadas situaciones, la capacidad agonística puede ser importante. En la final de Roland Garros de 2004, Coria sufrió fuertes calambres en el 4º set y regaló un punto tras otro, sin poder correr, y cojeando por la pista. Cuando nadie daba un duro por él, no entendiéndose porqué no se retiraba, en el 5º y definitivo volvió a jugar a ritmo competitivo, después de que el músculo hubiese asimilado el medicamento.
En estos casos, si el apostante no está viendo el partido por televisión y ve un movimiento de este calibre en la cuota, esta tentado de seguir la dirección de ese movimiento, aun en el caso de no tener ninguna información sobre la causa que lo provoca. A esto se le denomina "efecto borrego". Puede salir bien, pero no es algo que se pueda recomendar, a la vista de todo lo comentado anteriormente.
También puede haber "efecto borrego" en apuestas convencionales, sin ser en Live. ¿Cómo explicar movimientos de las cuotas inexplicables? Pueden ser fixeds. No es algo que pase de forma aislada, como podría pensar alguno tras lo comentado del affair del Vassallo-Davydenko. En tenis, en los últimos años hay sospechas sobre no menos de 138 partidos presuntamente amañados, según Sunday Telegraph. Y mientras tanto, las autoridades deportivas pierden el tiempo en el ciclismo con una lucha contra la medicina punta, que es imposible de ganar. También puede ocurrir que un equipo vaya a tomar parte en el evento en unas condiciones anormales. El año pasado, Aalborg, el tercer equipo danés del balonmano femenino, con muchos problemas de lesionadas y teniendo que compatibilizar la competición nacional con la Copa de Europa, presentó en la última jornada a su equipo juvenil para enfrentarse a Esberg, actual equipo de Marta Mangue, pero que el año pasado era un candidato claro a evitar el descenso. Un partido que debería ser en condiciones normales un handicap -7/-8 para el visitante, finalizó con el resultado de 48-16 (!!).
En ambos casos, puede ser complicado encontrar información sobre las causas que provocan un movimiento de cuotas tan brutal y el apostador puede sentirse tentado de dejarse llevar por la corriente y apostar sin conocer las razones, únicamente siguiendo a la masa, siguiendo a un pastor. "Moraleja: Nunca vayais en contra del mercado. Cuando aparecen esas cuotas, es mejor estar al margen o sumarse a la corriente. Ponerse en contra es ridiculo porque está claro que alguien tiene más información que nosotros. (y mas dinero, por supuesto)." (cita de protennigbetting)
2 comentarios:
Como siempre anja rompes la linia de la superficialidad en tus textos rozando siempre la tesis en tus articulos.
Lo que denominas efecto borrego produce unos apreciables beneficios cuando juegas en trading live, siempre que consigas manener la cabeza fria y ponerte en la piel del bookie.
El trading nos permite apostar a la contra de aquello que parece claro que va a ocurrir, aunque las masas han empujado las cuotas por debajo de su valor real, como bien explicas. A los pocos minutos el mercado reajusta esta "euforia" fruto de la pujanza de tipster amigos de no buscar el value.
Creo que todos alguna vez hemos caido en este efecto, y aunque la mayoria de veces estas cuotas queen u momento creias un regalo han terminado por convertirse en verde, te has acordado de todos los malos espiritus; no era tan "facil" coom creias... maldita tu ansia apostadora.
Nuevamente gracias anja por tu trabajo
Yo fui uno de los que hice referencia al "efecto borrego". El peligro que tiene seguir un pick a cualquier precio es que en un momento dado puede dejar de tener value lo que en un principio sí lo tenía.
En la 1ª jornada de Asobal todos iban en contra del Teka porque había sido repescado y no tenía una plantilla de nivel, pero tu Anja comentaste que el hc de goles se había movido demaseado a favor del Antequera y te parecía excesico. Es verdad que no es bueno ir contra el WMG pero como bien dice chefuri, a veces nadar contra corriente tiene su premio si el value ha cambiado de bando.
Publicar un comentario