lunes, 30 de abril de 2007

Analogía con Alcoholicos Anónimos


En el libro del gurú de la psicología Elder “Trading for a Living”, que ya había sido mencionado en este blog anteriormente, se dedican varias páginas a los métodos de Alcohólicos Anónimos (AA). Es curioso que estos métodos se puedan considerar los más eficaces contra los adicciones en cuanto su nacimiento es relativamente reciente (data de unos 70 años atrás) y en cierta forma usurpa en principio el campo de la disciplina científica correspondiente. Probablemente porque los alcohólicos no se podían permitir las muy onerosas sesiones en la consulta de un psicólogo (la mayor parte de los adictos dedican la mayoría de su presupuesto a la adicción, los menos son simplemente millonarios excéntricos). El caso es que de forma natural los planes para la recuperación de un adicto que se fueron desarrollando en AA se fueron destapando como los más eficaces que se conocen para controlar la adicción al alcohol. Este es el motivo por el que otras adicciones han imitado sus métodos, como en el caso de los drogadictos y sus granjas de desintoxicación o los adictos al sexo y los bukkakes.

En el caso de un aficionado al juego, su objetivo no tiene que ser abandonar el juego. El juego en principio es una diversión inocua, como pueda ser la bebida. El problema es si su práctica acarrea consecuencias negativas. Un bebedor puede beneficiarse el alcohol para desinhibirse, para ligar o para autocomplacerse degustando vinos cosecheros. También puede ser su profesión: puede montar un bar o trabajar la vid, puede incluso ser catador. La principal diferencia entre un bebedor y un alcohólico es que el segundo es incapaz de interrumpir la ingesta de alcohol. Y las consecuencias de este abuso provocan un deterioro grave de su vida social: económico, familiar, salud, trabajo, etcétera.

Un jugador y en general cualquier especulador puede encontrase con 2 situaciones a largo plazo: ganar o perder. Ganar, que es lo menos habitual, es muy positivo. Trae beneficios económicos y ayuda a mantener un buen estado anímico. Perder, sin embargo, es una pequeña catástrofe. La acumulación de pérdidas tiene la misma consecuencia que el alcoholismo. Por este motivo la analogía correcta con el alcohólico no es la del jugador, si no la del perdedor.

Un perdedor puede ganar de forma temporal, pero tras una pérdida se mostrará incapaz de controlar la situación y cometerá errores afrontando riesgos excesivos o situaciones con probabilidad desfavorable. Aunque el perdedor conozca su campo de trabajo, sea inteligente y hábil, por su debilidad psicológica está condenado al fracaso. Por eso el primer objetivo del perdedor debe ser el que también es el primer objetivo del alcohólico: “No perder”. Debe ser consciente que las pérdidas es algo que no puede controlar y su primer paso debe ser el reconocimiento de esta misma incapacidad: “SOY UN PERDEDOR Y SOY INCAPAZ DE CONTROLAR MIS PERDIDAS”.

1 comentario:

Rafitax dijo...

Hola...
Solo felicitarte por el blog.



"...You can be free. You can live and work anywhere in the world.
You can be independent from routine and not answer to anybody..."
[Trading for a Living] - Dr. Alexander Elder