Hace un par de días estaba en la web de The Week in Chess esperando a que actualizasen los resultados de Wijk aan Zee. ¡Cómo tardan!, pensaba. Lo cierto es que la demora tenía una explicación razonable. Fue debida a la inminente muerte de Robert James Fischer, más conocido por su prenombre juvenil: Bobby Fischer. La noticia fue portada del Marca y de todos los telediarios del mundo. Para los más jóvenes y los desconodores de la historia del ajedrez (excluyo a casi cualquier otro grupo de personas alfabetizadas), quisiera ilustrar más o menos brevemente de quién estamos hablando.
Fischer tenía una altísima capacidad, se le estima un coeficiente intelectual por encima del de Einstein. Como ajedrezcista probablemente haya sido junto con Capablanca en mayor dominador de su época. Su rating Elo no pudo ser superado hasta la madurez de la época de Kasparov, veinte años más tarde y ayudado por la evidente inflación del sistema. Como personaje, se trata de una de las pocas escepciones de alguien que consiguió convertirse en mito aun estando vivo. Se ha escrito mucho de él estos días. Yo recomendaría la parte del libro "Todas las piezas atacan" de Bent Larsen, en la que se habla de Fischer: el capítulo "Un genio llamado Bobby Fischer".
Ajedrecista
Bobby Fischer fue un niño prodigio del ajedrez. Nació en Chicago, en marzo de 1943. Aprendió a jugar a los 6 años, a los 8 empezó a recibir clases formalmente, a los 10 años accedió al prestigioso Club Manhattan de Nueva York, a los 13 años fue campeon de USA juvenil, a los 14 años ganó el US Open y el campeonato de los Estados Unidos. Un año después ya formaba parte de la élite mundial y era uno de los Candidatos para enfrentarse a Mijail Botvinnik por el cetro del ajedrez, lugar que finalmente ocuparía el mago de Riga Misha Tal.
En aquella época, el ajedrez lo era todo para Bobby. Y su único reto personal, aparte del de ganar dinero, era ser Campeón del Mundo. Y en ello centraba todos sus esfuerzos. Bobby, que no había completado los estudios primarios, no hacía otra cosa que jugar al ajedrez. Devoraba libros y revistas. Durante la década de los sesenta, gracias a su espíritu combativo (jugaba hasta el rey contra rey, decía) fue un gran dominador de los torneos, pero no se mostraba consistente en sus resultados particulares contra la élite mundial de jugadores rusos (Tal, Spassky, Petrosian, Keres y su bestia negra: Effim Geller). Se quejó del sistema del torneo de Candidatos al campeonato mundial, en la que los jugadores rusos aplicaban tácticas de equipo para economizar esfuerzos en sus resultados individuales. Este proceso de selección se cambió en respuesta a su crítica, por los matches individuales que funcionaron exitosamente hasta mediados de los noventa. A pesar de eso, Fischer se prodigaba poco, con grandes periodos de inactividad en la arena internacional, y pedía fuertes cantidades de dinero por jugar. Protagonizó algún escándalo, como cuando se retiro de Interzonal de Sousse en 1967 yendo primero en solitario. Y tras una nueva inactividad, en 1970 volvió para vencer en el Interzonal de Palma de Mallorca, con 3,5 puntos de ventaja sobre Larsen. Acto seguido derrotó por 6-0 a Taimanov y al propio Larsen, lo que supone una hazaña imposible de igualar. Y a continuación también derrotó al excampeón Tigran Petrosian, que pudo entablar en las cinco primeras partidas, para ser destrozado en las cuatro últimas. Su último escoyo para alcanzar su sueño era Boris Spassky.
Campeón del Mundo
En plena Guerra Fría, el match de Reijkavik tuvo una importancia mediática similar a la disputa entre rusos y americanos por dominar la carrera espacial. El ajedrez era un deporte estatégico en la URSS. Desde la revolución había sido impulsado como símbolo de la supremacía deportiva e intelectual de los comunistas. Millones de jugadores de toda la Unión se perfeccionaban generación tras generación en una máquina perfectamente engrasada de pulir técnica ajedrecística en todas las fases de la partida. Por pura selección nacional, el resultado de este trabajo colectivo era introducir a los jugadores más dotados en la indiscutible élite mundial. Bobby Fischer era diferente. Su trabajo fue individual. De USA, un país en el que el ajedrez es un pasatiempo, un juego que es de café, sólo empezó a recibir un fuerte apoyo económico únicamente por que sus rivales eran rusos y por el contexto histórico de enfrentamiento entre las 2 potencias mundiales.
El match entre Fischer y Spassky está muy bien explicado en el siguiente video (35 minutos, en ingles). Parafraseando el texto introductorio de la película "Buscando a Bobby Fischer", Fischer tardó en viajar a Reijkiavik. Pidió una gran suma de dinero, que fue aceptada. Se alojó en una casa apartada, de la que no salía. Se quejó del contraste de los tableros y del ruido de la sala. Se quejó de la existencia de cámaras de televisión el el techo. Y como protesta, no se presentó a la segunda partida, que añadido a su derrota inicial le concedían 2 puntos de desventaja. Pero a pesar de eso, Fischer derrotó a Spassky. Su sueño se cumplió. En 1972 Fischer era campeón del Mundo. Y después... desapareció.
El Mito
Fischer no volvió a jugar ajedrez de torneo. Estuvo un tiempo desconectado del juego. Jugó algunas exhubiciones, también contra ordenadores. Nada que no hubiese hecho en el pasado. Pero en 1975 un nuevo jugador, ruso, joven y poco glamuroso: Anatoly Karpov, se presentó para retarle. Como sucedió en el pasado Fischer solicitó varias modificaciones en las reglas, no demasiado grandes, pero por escaso margen la FIDE las rechazó. Y esta vez Fischer no defendió su título. Algunos piensan que, desentrenado, prefirió abandonar el título que arriesgarse a perder. Otros piensan que simplemente no tenía interés en el ajedrez, una vez conseguido su objetivo. Ya era campeón. Lo único que había querido es ser el Campeón del Mundo. ¿Para qué un nuevo match? ¿Qué nuevo le podía aportar? Como Golum, Fischer se agarró a su tesoro.
Nadie sabía de Fischer. Ni de su paradero concreto. ¿Dónde estaba Fischer? En Hungría, en Estados Unidos, en Japón o en Filipinas. Todo eran rumores. Hasta que en 1992, en la Yugoslavia (país de gran tradición ajedrecística) de Milosevic, Fischer volvió al ajedrez disputando una revancha con su viejo rival Boris Spassky. A pesar de su anticomunismo, su relación con los GMs rusos fue muy buena. Simpatizaba con muchos de ellos: Spassky, Tal, Bronstein y otros. Y esta revancha fue muy lucrativa, superando el montante de los matches entre Kasparov y Karpov. A pesar de sus dos decadas de inactividad, Fischer pudo derrotar a Spassky, que se mantenía en torno al lugar 50 del ranking mundial, lo que deportivamente se puede considerar un resultado muy reseñable. Tras esta inyección económica, Fischer pudo regresar a su vida viajera, azarosa, como un paria. Y se le volvió a perder el rastro.
El lado controvertido
Pero inseparablemente a todo lo anterior, también se le recordará por su inestabilidad piscológica, acompañada de multitud de conductas obsesivas y paranoicas. En su juventud fue un convencido anticomunista, hasta el punto de no dejarse atender por médicos de la Europa del Este o de negarse a beber agua de los hoteles rusos. Esto contrasta con su simpatía hacia Fidel Castro, por ejemplo. Denunció que los jugadores soviéticos contemporáneos suyos jugaban en equipo y que los matches de Karpov y Kasparov estaban "arreglados" jugada a jugada, por su excesiva calidad (¿?).
Un hecho que pudo marcar sus futuras opiniones fue cuando fue encarcelado en Pasadena, en 1981, cuando le confundieron con un atracador de bancos por su descripción física. Debido a su contumacia a no revelar su identidad, en lo que casi significa un acto de autocastigo, sufrió el tratamiento policial que se le pueda aplicar a un criminal común en un país tan falto de civilización como el natal de Bobby.
Tras los atentados del 11-S, Fischer públicamente aplaudióa Bin Laden e insultó al pueblo americano y a los judíos.
Como consecuencia de esto, EE.UU. ejecutó una orden internacional de busqueda y captura contra Fischer, en base a la ruptura del embargo de la ONU a Yugoslavia en 1992, siendo finalmente detenido en Japón hace 3 años, cuando se le detectó viajando con un pasaporte caducado. Tras pasar largo tiempo encarcelado, finalmente consiguió recibir asilo político en Islandia, país en el que murió, igual que vivió, solo. Y en condiciones poco claras y tras haber sido internado en un sanatorio, a causa de problemas mentales.
Fischer tenía una altísima capacidad, se le estima un coeficiente intelectual por encima del de Einstein. Como ajedrezcista probablemente haya sido junto con Capablanca en mayor dominador de su época. Su rating Elo no pudo ser superado hasta la madurez de la época de Kasparov, veinte años más tarde y ayudado por la evidente inflación del sistema. Como personaje, se trata de una de las pocas escepciones de alguien que consiguió convertirse en mito aun estando vivo. Se ha escrito mucho de él estos días. Yo recomendaría la parte del libro "Todas las piezas atacan" de Bent Larsen, en la que se habla de Fischer: el capítulo "Un genio llamado Bobby Fischer".
Ajedrecista
Bobby Fischer fue un niño prodigio del ajedrez. Nació en Chicago, en marzo de 1943. Aprendió a jugar a los 6 años, a los 8 empezó a recibir clases formalmente, a los 10 años accedió al prestigioso Club Manhattan de Nueva York, a los 13 años fue campeon de USA juvenil, a los 14 años ganó el US Open y el campeonato de los Estados Unidos. Un año después ya formaba parte de la élite mundial y era uno de los Candidatos para enfrentarse a Mijail Botvinnik por el cetro del ajedrez, lugar que finalmente ocuparía el mago de Riga Misha Tal.
En aquella época, el ajedrez lo era todo para Bobby. Y su único reto personal, aparte del de ganar dinero, era ser Campeón del Mundo. Y en ello centraba todos sus esfuerzos. Bobby, que no había completado los estudios primarios, no hacía otra cosa que jugar al ajedrez. Devoraba libros y revistas. Durante la década de los sesenta, gracias a su espíritu combativo (jugaba hasta el rey contra rey, decía) fue un gran dominador de los torneos, pero no se mostraba consistente en sus resultados particulares contra la élite mundial de jugadores rusos (Tal, Spassky, Petrosian, Keres y su bestia negra: Effim Geller). Se quejó del sistema del torneo de Candidatos al campeonato mundial, en la que los jugadores rusos aplicaban tácticas de equipo para economizar esfuerzos en sus resultados individuales. Este proceso de selección se cambió en respuesta a su crítica, por los matches individuales que funcionaron exitosamente hasta mediados de los noventa. A pesar de eso, Fischer se prodigaba poco, con grandes periodos de inactividad en la arena internacional, y pedía fuertes cantidades de dinero por jugar. Protagonizó algún escándalo, como cuando se retiro de Interzonal de Sousse en 1967 yendo primero en solitario. Y tras una nueva inactividad, en 1970 volvió para vencer en el Interzonal de Palma de Mallorca, con 3,5 puntos de ventaja sobre Larsen. Acto seguido derrotó por 6-0 a Taimanov y al propio Larsen, lo que supone una hazaña imposible de igualar. Y a continuación también derrotó al excampeón Tigran Petrosian, que pudo entablar en las cinco primeras partidas, para ser destrozado en las cuatro últimas. Su último escoyo para alcanzar su sueño era Boris Spassky.
Campeón del Mundo
En plena Guerra Fría, el match de Reijkavik tuvo una importancia mediática similar a la disputa entre rusos y americanos por dominar la carrera espacial. El ajedrez era un deporte estatégico en la URSS. Desde la revolución había sido impulsado como símbolo de la supremacía deportiva e intelectual de los comunistas. Millones de jugadores de toda la Unión se perfeccionaban generación tras generación en una máquina perfectamente engrasada de pulir técnica ajedrecística en todas las fases de la partida. Por pura selección nacional, el resultado de este trabajo colectivo era introducir a los jugadores más dotados en la indiscutible élite mundial. Bobby Fischer era diferente. Su trabajo fue individual. De USA, un país en el que el ajedrez es un pasatiempo, un juego que es de café, sólo empezó a recibir un fuerte apoyo económico únicamente por que sus rivales eran rusos y por el contexto histórico de enfrentamiento entre las 2 potencias mundiales.
El match entre Fischer y Spassky está muy bien explicado en el siguiente video (35 minutos, en ingles). Parafraseando el texto introductorio de la película "Buscando a Bobby Fischer", Fischer tardó en viajar a Reijkiavik. Pidió una gran suma de dinero, que fue aceptada. Se alojó en una casa apartada, de la que no salía. Se quejó del contraste de los tableros y del ruido de la sala. Se quejó de la existencia de cámaras de televisión el el techo. Y como protesta, no se presentó a la segunda partida, que añadido a su derrota inicial le concedían 2 puntos de desventaja. Pero a pesar de eso, Fischer derrotó a Spassky. Su sueño se cumplió. En 1972 Fischer era campeón del Mundo. Y después... desapareció.
El Mito
Fischer no volvió a jugar ajedrez de torneo. Estuvo un tiempo desconectado del juego. Jugó algunas exhubiciones, también contra ordenadores. Nada que no hubiese hecho en el pasado. Pero en 1975 un nuevo jugador, ruso, joven y poco glamuroso: Anatoly Karpov, se presentó para retarle. Como sucedió en el pasado Fischer solicitó varias modificaciones en las reglas, no demasiado grandes, pero por escaso margen la FIDE las rechazó. Y esta vez Fischer no defendió su título. Algunos piensan que, desentrenado, prefirió abandonar el título que arriesgarse a perder. Otros piensan que simplemente no tenía interés en el ajedrez, una vez conseguido su objetivo. Ya era campeón. Lo único que había querido es ser el Campeón del Mundo. ¿Para qué un nuevo match? ¿Qué nuevo le podía aportar? Como Golum, Fischer se agarró a su tesoro.
Nadie sabía de Fischer. Ni de su paradero concreto. ¿Dónde estaba Fischer? En Hungría, en Estados Unidos, en Japón o en Filipinas. Todo eran rumores. Hasta que en 1992, en la Yugoslavia (país de gran tradición ajedrecística) de Milosevic, Fischer volvió al ajedrez disputando una revancha con su viejo rival Boris Spassky. A pesar de su anticomunismo, su relación con los GMs rusos fue muy buena. Simpatizaba con muchos de ellos: Spassky, Tal, Bronstein y otros. Y esta revancha fue muy lucrativa, superando el montante de los matches entre Kasparov y Karpov. A pesar de sus dos decadas de inactividad, Fischer pudo derrotar a Spassky, que se mantenía en torno al lugar 50 del ranking mundial, lo que deportivamente se puede considerar un resultado muy reseñable. Tras esta inyección económica, Fischer pudo regresar a su vida viajera, azarosa, como un paria. Y se le volvió a perder el rastro.
El lado controvertido
Pero inseparablemente a todo lo anterior, también se le recordará por su inestabilidad piscológica, acompañada de multitud de conductas obsesivas y paranoicas. En su juventud fue un convencido anticomunista, hasta el punto de no dejarse atender por médicos de la Europa del Este o de negarse a beber agua de los hoteles rusos. Esto contrasta con su simpatía hacia Fidel Castro, por ejemplo. Denunció que los jugadores soviéticos contemporáneos suyos jugaban en equipo y que los matches de Karpov y Kasparov estaban "arreglados" jugada a jugada, por su excesiva calidad (¿?).
Un hecho que pudo marcar sus futuras opiniones fue cuando fue encarcelado en Pasadena, en 1981, cuando le confundieron con un atracador de bancos por su descripción física. Debido a su contumacia a no revelar su identidad, en lo que casi significa un acto de autocastigo, sufrió el tratamiento policial que se le pueda aplicar a un criminal común en un país tan falto de civilización como el natal de Bobby.
Tras los atentados del 11-S, Fischer públicamente aplaudióa Bin Laden e insultó al pueblo americano y a los judíos.
Como consecuencia de esto, EE.UU. ejecutó una orden internacional de busqueda y captura contra Fischer, en base a la ruptura del embargo de la ONU a Yugoslavia en 1992, siendo finalmente detenido en Japón hace 3 años, cuando se le detectó viajando con un pasaporte caducado. Tras pasar largo tiempo encarcelado, finalmente consiguió recibir asilo político en Islandia, país en el que murió, igual que vivió, solo. Y en condiciones poco claras y tras haber sido internado en un sanatorio, a causa de problemas mentales.
3 comentarios:
Yo no le consideraría exactamente "un niño prodigio", porque tardó bastante en arrancar. Más bien un "adolescente prodigio". Sus resultados fueron bastante mediocres hasta los 11 o 12 años, cuando de repente, y según sus propias palabras "somehow I just got good".
Su 'explosión' en ese momento no tiene precedentes. Como quien dice de la noche a la mañana pasó de ser un jugador de club (uno más en el JJ) a una auténtica bestia. A los 13 firmó algunas de las partidas más espectaculares de su carrera, a los 14 ya era indiscutiblemente el mejor jugador de su país, y a los 16 o 17 estaba al nivel de los mejores del mundo.
La muerte de Fischer me rompe un sueño. Tras haber tenido la inesperada oportunidad en mi vida de frecuentar a varios ídolos de mi infancia, como Karpov y Kasparov, una mezcla de ilusión y ambición me había hecho proponerme viajar a Islandia algún día de estos, con la idea de verle. No pretender entrevistarle ni nada así (las posibilidades era nulas); tan sólo verle en persona, observarle, acercarme a él y saludarle quizás.
No podía imaginarme que Fischer pensaba morirse -cómo no- a los 64 años.
Una lástima su pérdida. Bobby acaba de morir fisicamente, pero su maestría , atrevimiento y ofensiva sobre el tablero siempre nos acompañaran en cada una de nuestras partidas.
Recomiendo para el que no la haya visualizado, la partida contra Mikhail Tal en 1961. (http://www.chessgames.com/perl/chessgame?gid=1008404).
Para aquellos que gusteis de jugar de modo gratis online al ajedrez, aunque supongo que ya la conocereis: www.buho21.com
Pues parece que el ajedrez se pone de moda. Segunda noticia bomba. Cheparinov pierde con Short en la jugada 1 por negarse a darle la mano. El comité de competición les ha dado la razon a los búlgaron y obliga a la repetición de la partida por un defecto de forma en la actuación arbitral.
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