viernes, 17 de agosto de 2007

El "Resplandor" (shining) de Graeme Dott

Graeme Dott tiene una apariencia más juvenil que la edad que le atribuyen sus papeles. A pesar de su alopecia prominente y de su cara agarbanzada, el jugador escocés, top-16 (número de jugadores con acceso directo a todos los torneos del circuito principal) del snooker mundial desde hace varios años y campeón del mundo en 2006, se conserva aceptablemente bien. Alguien pensaría que es mago, que tiene poderes ocultos. Algunos dicen que fue el chamán que promovió el cambio de nombre del verdadero Ze Pequeño, que con sus poderes pudo erradicar la grave dolencia de tipo tumoroso que atacó a su esposa hace un par de años. Otros dicen sin embargo que en el pasado leía el futuro astral a Lady Diana, futuro del tipo del que pueden leer Davydenko, Volandri y otros visionarios del deporte profesional. Sin embargo, pienso que la causa de su aspecto imberbe se debe en gran parte a su lenta consolidación en la élite del snooker. De hecho, el único título del circuito que acredita, aparte de su excelente performance en los mundiales de 2006 y 2004, fue el Open de China que tuvo lugar el pasado mes de mayo. Un título que en vísperas del Campeonato del Mundo, en el que defendía título, hacían concebir muy buenas expectativas. Sin embargo, perdió en primera ronda jugando de forma muy pobre, acumulando faltas, como cincos un jugador de parchís.

El estilo de Dott es bastante lineal. No destaca en ningún aspecto técnico en particular. No es gran potter desde la distancia, ni demasiado fino en lo relativo a minimizar errores técnicos, ni su juego defensivo es demasiado profundo, ni pone en serias dificultades al rival escondiendo la bola blanca tras las bolas de color del fondo de la mesa. Construye, eso sí, de forma bastante delicada, pero usualmente no es capaz de realizar grandes breaks, aunque acredita un máximo en el Open Británico de 1999. Sus aportaciones más habituales son de 30-40 puntos, tras lo cual, en un momento dado, falla en la colocación de la cue-ball y se ve obligado a jugar safe. Sin embargo, sus elecciones estratégicas suelen ser muy acertadas. Coloca bolas en lugares seguros, cerca de la banda, para administrar sus ventajas, y rara vez se deja robar la cartera. Psicológicamente es un jugador bastante estable, lo que le da ventaja en los matches largos, y es capaz de ganar muchos partidos jugando mal a rivales destacados que están jugando bien, algo que muy pocos jugadores pueden decir: Alan McManus, Peter Ebdon y pocos más.

Otra de sus habilidades es conseguir que su rival rompa el taco (literalmente). En el pasado Masters de Shangai, le tocó enfrentarse en segunda ronda con Ding Junhui, el jugador local, más local que nunca ya que nació a pocos kilómetros de la sala de juego, que ya es casual dentro de un país tan inmenso y gigante como China. Ding es un chico que, contrariamente a Dott, es técnicamente perfecto. El pasado enero completó 2 máximos consecutivos. Lo que sólo un número de jugadores que se pueden contar con los dedos de una mano pudieron conseguir en toda su carrera, él fue capaz de hacerlo en 2 semanas. Su mejor golpe, junto con la calidad de su construcción, probablemente sea la precisión de sus safetys, algo a lo que no le saca todo el provecho ya que su estilo, como el de Stephen Hendry, es principalmente superagresivo.

En este duelo en el Masters de Shangai, Ding empezó jugando bien y puntuando, pero erró en una bola y Dott cerró el primer frame. En el segundo frame, Ding tuvo la última negra para el 1-1 e incomprensiblemente la falló, hecho que aprovecho inmediatamente Dott. A continuación, el jugador chino visiblemente excitado se puso a juguetear con la almohadilla (tip; la punta del taco) hasta que la desencoló de la madera. Este hecho es muy inusual y muy negativo para el jugador. El taco (cue) es un apéndice del jugador, una extensión de su propio cuerpo, de sus manos… y jugar con un mismo taco les proporciona una sensibilidad adicional. Si a esto añadimos que la almohadilla es la parte fundamental, es la herramienta, el punto de contacto… Mal asunto.



Tras enseñar el estropicio al árbitro, el jugador chino se fue al vestuario para cambiar de taco. Cuando regresó fue notorio que el chino, que es un chico tímido y serio, exageradamente introvertido y vergonzoso, era incapaz de jugar con la sensación de ridículo que le había causado la situación anterior. Y entregó uno tras otro el resto de frames, excepto el 5º, que evitaba un escandaloso 5-0. Y no le faltó mucho para hacerlo, ya que tras hacer un break de unos 70 puntos (el máximo de la partida) y fallar nuevamente una sencilla negra, cometió una falta voluntariamente (golpeó con el taco a la blanca por segunda vez cuando venía de vuelta, tras rebotar contra la esquina) sin percatarse de que esos 7 puntos permitían a Dott meterse en el frame y obtener suficientes puntos potenciales de la mesa para poder continuar jugando sin necesidad de conseguir ni siquiera un snooker para ganar el frame.

¿Pero qué pinta Dott en este incidente? Nada, si no fuera porque este suceso no es en absoluto habitual, todo lo contrario, es algo extraordinario, pero un año antes se había vivido una situación análoga en su enfrentamiento contra Ronnie O’Sullivan en la semifinal del Campeonato del Mundo. Al parecer, Ronnie rompió la almohadilla después de estar varios minutos hurgando en la junta con su uña, presuntamente de forma voluntaria para poder tomarse 15 minutos de descanso, ya que se sentía incómodo en el juego. Una jaimitada más en el zurrón del Mozart del snooker. Cuando Ronnie volvió, gano el siguiente frame (con una century), pero purgó su venial pecadito perdiendo 8 frames consecutivos ante Graeme Dott, que le impidieron optar a su tercer título de campeón del mundo, título con el que finalmente se alzó nuestro protagonista. ¿Casualidad? ¿O es Graeme una especie de ser con poderes mentales, un hombre diseñado por Stephen King con el don de “resplandecer”? ¿Puede Dott controlar las mentes de sus rivales?


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