El Golpe. El plan (Bwin's set-up) (2/5)

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El protagonista de esta historia es Bwin. Tal vez atraído por su abundante publicidad mucha gente piense que es una empresa potente y líder mundial, cuando esto no es exacto.

Bwin es una compañía que aunque físicamente está radicada en Austria, su domicilio como persona jurídica se encuentra en Gibraltar, como los monos y el Peñón. Originalmente se denominó Betandwin, pero sus rectores decidieron modificar esto por las connotaciones negativas que tiene la palabra “bet” en muchos países. Esto no impidió que sus dos co-presidentes (Manfred Bodner y Norbert Teufelberger, alter egos de Paul Newman y Robert Redford) fuesen encarcelados temporalmente en septiembre de 2006 en Francia por un delito contra el monopolio del juego en las apuestas de caballos. Esto no deja de ser un hecho anecdótico, pues el propio estado francés incumple todo tipo de normativa europea y de la OMC con esas prácticas, pero delata a los personajes contra los que nos enfrentamos. Son auténticos tahures del juego. Ellos ya han estado en la cárcel y yo no…

Su explotación del negocio del juego se centra en 3 aspectos principalmente:

• Apuestas deportivas: donde tiene una de las mayores variedades de deportes y tipos de apuestas del mercado, por no decir la mayor. Está orientada hacia un apostador bajo, masivo y novato. Las cuotas de los eventos son por lo general las más bajas del mercado (no tiene asians), aunque muy frecuentemente sus oddsmakers se equivocan en la valoración de los eventos, concediendo importantes values. Dicho personal está muy poco cualificado en general y tienen sueldos bajos, inferiores a mil euros en cualquier caso, por lo que el margen de mejora para optimizar la gestión de esta bookie es muy alto. Sin embrago, mejorar esta parcela no es una prioridad de Bwin. Sus límites máximos por apuestas también son bajos y suele limitar a los usuarios ganadores. Desconozco sus criterios concretos para la limitación pero estimo que están relacionados por defecto con superar un balance de 10.000€ y con realizar un total de reintegros mensual superior a 2.000€, aunque por supuesto son políticas personalizables. No creo equivocarme mucho es este aspecto.

• Poker: Aunque Bwin se inició con un servició subcontratado a la red Boss-Media, hace un año compró Pokerroom. El sofware de esta segunda es mucho mejor y más estable que el de Boss-Media, en el que las caídas eran permanentes, pero su estilo figurativo no aporta un gran valor añadido. El rake de la sala es alto, los bonos son muy lentos en el cobro y hay escasas promociones de situaciones con valor añadido. En resumen, diría que Pokerroom se está quedando atrás.

• Juegos: Este servicio lo tiene subcontratado a GamArena. Se trata de juegos que no son multijugador y que están dotados de una inteligencia artificial que asegura su rentabilidad (la del bookie, claro). Su programación es tan tosca, que en algún lado vi uno de sus códigos y el resultado final de los juegos era independiente de la elección del jugador, solo dependía del booleano generado por la máquina previamente.

En las clasificaciones de calidad y seguridad de los bookies se le concede aprobado raspado, lo que se encuentra al límite de desaconsejar su uso. Gran parte de culpa en esta calificación la tiene el gran endeudamiento al que está sometida la compañía, que está haciendo un gran esfuerzo en marketing, aunque se podría decir que este riesgo calculado siempre tiene una compensación inmediata en un intangible de “imagen de marca”. La mayor parte de sus clientes los obtiene de fuertes campañas de marketing en televisión y el patrocinio de la publicidad estática en eventos deportivos. El último ejemplo, tenemos su acuerdo para publicitar la camiseta del Real Madrid, una sociedad que, paradójicamente, había denunciado pocos meses atrás a Bwin por cuestiones de derechos de imagen.

Bwin apenas tiene relación con los foros de apuestas (apenas es un eufemismo) y ninguna de tipo personal. También es esquiva con la prensa y la única información interna que suministra directamente lo hace a la bolsa austriaca, en la que cotiza. Así que cuando pensamos en Bwin no deberíamos de hacerlo en una empresa que simbolice el mercado de las apuestas, sino un grupo obscuro y de prácticas mafiosas, que se gasta mucho dinero en publicidad.

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