Crónica rosa: Serena Williams y Rafa Nadal

Ayer cayó eliminada Serena Williams a manos de Justine Henin. Tierra batida es la superficie en la que Serena peor se desenvuelve a la vista de su palmarés, y todo lo contrario podría decirse de la belga. Lo cierto es que Henin se encuentra en semifinales a @1,75 bruto en Betfair y no parece que ninguna de sus rivales restantes tenga suficiente entidad para evitar que Justine se haga con un nuevo entorchado en París, título que ha conquistado en 3 de las últimas 4 ediciones. Probablemente Jelena Jankovic, por la gran temporada que está haciendo sea su rival más peligrosa. A Sharapova y a Anita les doy menos crédito, la primera porque la tierra no le gusta porque se mancha los trajes con salpicaduras de arcilla y la serbia porque no da el nivel contra las jugadoras más fuertes o al menos no lo ha dado aun hasta ahora.

Yo no me esperaba que Justine venciese a Serena en 2 sets. La jugadora norteamericana había demostrado encontrarse en un estado físico (a simple vista) mucho mejor que el que tenía en el Open de Australia, donde se impuso. Además es una chica con una capacidad agonística muy notable y que se comporta muy bien bajo presión. En los últimos años ha compatibilizado el tenis con las actividades lúdicas o pseudoprofesionales, como la moda, donde evidentemente no tiene sitio, a excepción tal vez de las promociones de belleza para “chicas reales” que está popularizando una marca de productos estéticos española.

Pero parece que ahora se ha propuesto volver a dominar el tenis femenino como antaño (2002-03), de donde se escapó por puro aburrimiento, ganando un Grand Slam detrás de otro y pidiendo oportunidades para participar en torneos masculinos. Esto no siempre es fácil de conseguir. A otras jugadoras como Hingins, Seles o Clijsters, la ausencia prolongada del circuito les impidió volver a reinar. Sin embargo a Serena se le puede dar algo más de crédito, ya que parece especialmente motivada. La causa de esto se rumorea que es Rafael Nadal.

Hace unos días, cuando Nadal sobrepasaba la cifra de 80 partidos sin conocer la derrota en tierra, varias leyendas vivas de su deporte le presentaban sus respetos. Los mayores elogios venían de Borg, Mats Wilander o de McEnroe. Y entre ellos, sin que nadie la llamara, aparecieron estas declaraciones de Serena Williams de las que se hicieron eco todos los periódicos deportivos de España y de parte del extranjero. "Es un animal, no existe otra definición para lo que hace, por su fuerza física y mental. Yo no podría nunca hacer lo que él. Es excepcional, lo saben todos". Si todo se quedase en estas declaraciones podrían tildarme de exagerado. Pero hay más cosas.

Acostumbrada desde niña a los cambios estéticos, primero con trenzas, luego tiñéndose el pelo de todos los colores imaginables… lo que no había hecho aun es cortárselo. Y se lo ha cortado y luce un peinado “muy similar” al del manacorí. Es parte de su nueva “imagen rebelde” en la que está trabajando, y no precisamente de forma improvisada. También su actitud en la cancha ha cambiado. Celebra los puntos importantes apretando el puño y gritando “Come on!”, cosa que no recordaba verle hacer en el pasado. Y menos en partidos intrascendentes, como sus encuentros aquí de primera y segunda ronda. ¡Qué casualidad! Lo mismito que hace Rafa cuando las cosas se le ponen duras. Porque no creo que lo haga pensando en Hewitt.

Y mientras tanto, Nadal se hace el despistado y finge que no se entera de nada, con diversiones como jugar a la Play Station con Carlos Moyá (su rival de hoy en cuartos), David Ferrer y Nalbandian, o salir a pasear por los Campos Elíseos y pararse a comer un helado para mitigar el calor, que leíamos en su blog. Rafa, te digo con cariño y aun con el riesgo de ser tildado de amarillista, que si te gusta el helado de chocolate, esas no son las únicas bolas que te puedes comer…