Ayer, mi artículo sobre el la psicología del perdedor finalizaba con unas preguntas al aire que todo aquel que no esté contento con sus resultados se debe de aplicar. ¿Dónde esté el error? ¿Cuál es el problema de mi estrategia? Si tenemos estrategia… Porque tal vez ni la tengamos.
Pero ¿quién nos responde a esto? ¿El cura? ¿La ayuda de Bwin? No lo creo. A veces se puede detectar un error si es muy evidente. Pero los problemas suelen tener raíces ocultas y no suelen ser cosas aisladas que aparezcan de un día para otro como los ojos del Guadiana. La mejor forma de estudiar nuestros errores y de intentar solucionarlos es llevar una contabilidad real de todos nuestros movimientos.
Alguien puede decir que todas nuestras apuestas quedan registradas en nuestras cuentas hasta tiempos inmemoriales, pero aun en aquellas en las que la visualización de las cuentas de resultados es más cómoda (un ejemplo de buen sofware es el de Gamebookers por nombrar uno) los datos que nos ofrecen son escasos. Por supuesto que el formato más recomendable y versátil es una hoja de Excel o un equivalente.
Considero que una contabilidad de nuestras apuestas debe proporcionar como mínimo los siguientes datos para nuestro registro histórico:
Saldo antes de la apuesta
- Apuesta
- Deporte
- Cuota
- Cuota que creemos correcta ó stake
- Cantidad apostada
- Resultado de la apuesta
- Comentario (del tipo “recomendado por tipster X”, o notas sobre la corrección o no de la apuesta a posteriori, independientemente del resultado de la misma).
A esto se pueden añadir otros añadidos interesantes: el yield, el % de Kelly estimado para cada apuesta, etcétera. También recomiendo tener una hoja diferente para cada casa de apuestas con las que trabajemos, de forma que en la práctica cada una sea un portfolio independiente.
Aparte de permitir estudiarnos a nosotros mismos (a), llevar una contabilidad algo rigurosa nos permite:
b) Optimizar nuestro sistema de Money Management.
c) Detectar los errores de corrección del bookie (casi siempre son a favor de la casa, lo mismo que sucede con la vuelta de la dependienta de la panadería).
Los errores del bookie en la corrección no son tan habituales como en la asignación de cuotas. Normal. Se toman su tiempo. Me viene a la mente una anécdota relativa a esto muy explícita que es suficientemente pertinente como para merecer una entrada propia, la de mañana.
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