A la vista de los post anteriores relativos a la Gestión, recordemos que los sistemas de tipo Martingale se caracterizaban por 2 cosas: tras ganar un juego se reduce la apuesta y tras perder un juego se aumenta la apuesta. Con esa premisa inicial, el posible diferenciar diversas formas que adoptan estos sistemas y para hacerlo voy a utilizar una forma de clasificación un tanto original. Los clasificaré en 3 tipos:
1) Martingales basados en sucesiones numéricas sencillas
Son aquellos en los que es posible detectar a simple vista la forma en la que se desarrolla la serie del Martingale y que se basan en sucesiones matemáticas muy conocidas. Esto incluye sistemas como el Martingale clásico (1, 2, 4, 8, ...), D'Alembert (1, 2, 3, 4, ...), el no tan evidente Fibonacci en el que cada número a partir del tercer término es la suma de los 2 anteriores (1, 2, 3, 5, 8, 21, 34, ...), etcétera.
No me voy a detener en estudiar ninguno de los anteriores ya que todos son la misma cosa. Se asumirá más riesgo en aquellos en los que la rentabilidad de la serie ganada sea mayor, y por supuesto que unos sistemas son muy diferentes a otros, pero manipulando las cuotas se podría conseguir la misma variación en la relación rentabilidad/riesgo. Por ejemplo, si un jugador en lugar de realizar apuestas a handicaps asiáticos usase apuestas de sistema @4 en un sistema Martingale clásico, el crecimiento del riesgo sería notablemente inferior, aunque también iba a obtener una rentabilidad menor ya que en principio se tardaría más (el doble de tiempo) en ganar una serie del martingale.
2) Martingales basados en sucesiones complejas (cancelación)
Son aquellos sistemas en los que se intenta que la forma de la progresión no sea detectada a simple vista. Los más populares posiblemente sean los llamados Sistemas de Cancelación. El porqué de su existencia se debe a la prohibición de los casinos de emplear estrategias en las apuestas de sus juegos, por lo que algunos jugadores ganadores decidieron buscar sistemas martingale con mayor opacidad a mediados del siglo pasado. Evidentemente estos jugadores no eran ganadores gracias a su "sistema milagroso". Obtenían sus ventajas de diversos métodos: contando las cartas, estudiando los defectos físicos de las ruletas y demás. Y si este tipo de jugadores prácticamente ha empleado siempre un sistema de tipo martingale en sus "fechorías" tiene una explicación razonable que se explicará en una posterior entrada cuando hable de las ventajas de estos métodos (aunque tal vez se entienda con más claridad cuando hable de sus desventajas).
3) Martingales irregulares
Aquí podríamos añadir cualquier sistema que no está justificado matemáticamente pero que sigue los patrones de los martingales: apostar más cuando se pierde y menos cuando se gana. Los intentos más sofisticados consisten en aumentar el stake un porcentaje pequeño sobre el normal tras un fallo, para que actúe de alguna forma como una especie de factor de "relajación", sin buscar una ganancia prefijada. Otros son tan evidentes que a ojos de un profano podrían parecer la ausencia de sistema en sí mismo, pero son martingales encubiertos, como el sistema propuesto por la moderadora Maria del foro de caballos de Adrian Massey o mismamente con la apuesta sistemática de una cantidad fija de dinero.
Pongamos este ejemplo:
Un jugador con un capital de 1000 € apuesta invariablemente 100 € a cuotas @2.
En términos relativos su apuesta inicial es de un 10% del capital. Pero si falla va a aumentar su stake (hablando en términos relativos) ya que arriesgará 100/900 = 11,11%; mientras si acierta reducira su stake arriesgando 100/1100 = 9,09%.
También se cumple que como en un método Martingale convencional, el riesgo de ruina es elevado: 10 apuestas erradas consecutivamente conllevan la pérdida total del capital. Y como en el Martingale el riesgo aumenta de forma exponencial.
1) Martingales basados en sucesiones numéricas sencillas
Son aquellos en los que es posible detectar a simple vista la forma en la que se desarrolla la serie del Martingale y que se basan en sucesiones matemáticas muy conocidas. Esto incluye sistemas como el Martingale clásico (1, 2, 4, 8, ...), D'Alembert (1, 2, 3, 4, ...), el no tan evidente Fibonacci en el que cada número a partir del tercer término es la suma de los 2 anteriores (1, 2, 3, 5, 8, 21, 34, ...), etcétera.
No me voy a detener en estudiar ninguno de los anteriores ya que todos son la misma cosa. Se asumirá más riesgo en aquellos en los que la rentabilidad de la serie ganada sea mayor, y por supuesto que unos sistemas son muy diferentes a otros, pero manipulando las cuotas se podría conseguir la misma variación en la relación rentabilidad/riesgo. Por ejemplo, si un jugador en lugar de realizar apuestas a handicaps asiáticos usase apuestas de sistema @4 en un sistema Martingale clásico, el crecimiento del riesgo sería notablemente inferior, aunque también iba a obtener una rentabilidad menor ya que en principio se tardaría más (el doble de tiempo) en ganar una serie del martingale.
2) Martingales basados en sucesiones complejas (cancelación)
Son aquellos sistemas en los que se intenta que la forma de la progresión no sea detectada a simple vista. Los más populares posiblemente sean los llamados Sistemas de Cancelación. El porqué de su existencia se debe a la prohibición de los casinos de emplear estrategias en las apuestas de sus juegos, por lo que algunos jugadores ganadores decidieron buscar sistemas martingale con mayor opacidad a mediados del siglo pasado. Evidentemente estos jugadores no eran ganadores gracias a su "sistema milagroso". Obtenían sus ventajas de diversos métodos: contando las cartas, estudiando los defectos físicos de las ruletas y demás. Y si este tipo de jugadores prácticamente ha empleado siempre un sistema de tipo martingale en sus "fechorías" tiene una explicación razonable que se explicará en una posterior entrada cuando hable de las ventajas de estos métodos (aunque tal vez se entienda con más claridad cuando hable de sus desventajas).
3) Martingales irregulares
Aquí podríamos añadir cualquier sistema que no está justificado matemáticamente pero que sigue los patrones de los martingales: apostar más cuando se pierde y menos cuando se gana. Los intentos más sofisticados consisten en aumentar el stake un porcentaje pequeño sobre el normal tras un fallo, para que actúe de alguna forma como una especie de factor de "relajación", sin buscar una ganancia prefijada. Otros son tan evidentes que a ojos de un profano podrían parecer la ausencia de sistema en sí mismo, pero son martingales encubiertos, como el sistema propuesto por la moderadora Maria del foro de caballos de Adrian Massey o mismamente con la apuesta sistemática de una cantidad fija de dinero.
Pongamos este ejemplo:
Un jugador con un capital de 1000 € apuesta invariablemente 100 € a cuotas @2.
En términos relativos su apuesta inicial es de un 10% del capital. Pero si falla va a aumentar su stake (hablando en términos relativos) ya que arriesgará 100/900 = 11,11%; mientras si acierta reducira su stake arriesgando 100/1100 = 9,09%.
También se cumple que como en un método Martingale convencional, el riesgo de ruina es elevado: 10 apuestas erradas consecutivamente conllevan la pérdida total del capital. Y como en el Martingale el riesgo aumenta de forma exponencial.
5 comentarios:
El martingale no es un mal sistema si se enfonca a cuotas elevadas como bien dices, si se aplica por ejemplo a los empates en el futbol las posibilidades de beneficio son a corto plazo y se reduce bastante el riesgo de acabar con todos los recursos económicos.
Personalmente lo llevo utilizando casi un año con bastante exito, aunque obviamente debes realizar un seguimiento de los equipos y tener un buen par para afrontar más de 5 fallos consecutivos.
Yo no he dicho eso...
Matemáticamente hablando, la esperanza matemática de un sistema martingale es menos buenos si apostamos con value, y más mala si lo hacemos sin value.
Creo que no es del todo exacta esta aseveración, aunque se aproxima bastante a la realidad.
Antes se me olvidó indicar que cuando pone menos bueno o más malo, es en referencia aun sistema de apuestas de valor fijo.
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