A pesar de la enorme importancia mediática que tiene el mundial de rugby a nivel de evento global, los días pasan y en los diarios españoles de información deportiva le dedican a lo sumo una página. En televisión es complicado poderlo ver hasta haciendo streaming y así es difícil adquirir cultura deportiva en este bonito espectáculo de facultades y hombría.
Aun no se ha llegado ni al ecuador de la primera fase, pero ya se sospecha que en esta edición los grandes combinados del hemisferio sur no se van a dejar sorprender por las potencias europeas. Inglaterra, vigente campeona, tras decepcionar en su debut contra la débil selección de los EE.UU., fue humillada por Sudáfrica hasta el punto que no fue capaz de conseguir ni un solo punto, valga la redundancia. Esto es algo realmente meritorio, ya que ninguna otra selección ha conseguido esa "hazaña" hasta el momento, ni siquiera las más débiles como Portugal o Japón. La sombra de Wilkinson sigue siendo alargada, Y qué decir de Francia, los anfitriones, que sucumbieron ante la siempre combativa Argentina en el partido inagural.
Tal vez este año sea el de Nueva Zelanda, aunque no parece llegar en el mejor momento, pero que no se puede permitir un nuevo tropezón en la Copa del Mundo, competición en la que sólo han vencido en la primera edición, lo que no deja de ser un bagaje decepcionante para el "Brasil" del rugby, calificativo que les impongo por su rugby espectacular, a la mano, con la mira siempre puesta en el try. Dice de ellos Nirgalbest en su preview lo siguiente: "Después de un 2006 fantástico, culminado con una gira espectacular por Europa en los Test Matches de Noviembre, en la cual arrasaron a Francia con pasmosa facilidad, los All Blacks parecían imparables en su marcha hacia la World Cup, (...) la presión de la victoria a toda costa parece haber afectado algo a los neozelandeses este 2007. La federación en una polémica decisión optó por dar descanso durante las primeras semanas del S14 a 23 de sus estrellas, el núcleo del equipo que Graham Henry pretendía seleccionar para la WC. Pero aun ahora nadie sabe si la decisión fue la correcta. Muchos jugadores no consiguieron retomar el ritmo de partidos después del "reconditioning program", y los clubes neozelandeses sufrieron la humillación de sus rivales sudafricanos, con sus estrellas mucho más en forma. A nivel de selección se llevaron el Tres Naciones, pero dejaron una imagen bastante pobre, con una victoria terriblemente injusta ante una Sudáfrica muy mermada y la derrota ante Australia. (...) Ya se levantan tímidas voces que les señalan como batibles por equipos de la talla de Francia, Sudáfrica e incluso Irlanda, su más que posible rival en cuartos si se cumplen los pronósticos y Irlanda se clasifica como segunda del grupo D. Aún así hay que ser realistas ya que si los neozelandeses logran llegar a su potencial máximo son inasequibles para cualquier equipo, pero también es verdad que muchas veces se recrean excesivamente con el juego a la mano, acumulando turnovers y desaprovechando incomprensiblemente su imparable delantera."
Pero para los neófitos en el rugby, lo más noticiable de los All Blacks es su Haka, una danza previa los partidos, que se defiende como un acto de respeto y admiración hacia el contrario, pero que para mí es una forma muy evidente de intentar acongojar al equipo rival, muy parecida a la demostración de un chimpancé que grita y se golpea en el pecho. Es una danza de guerra. La versión original se denomina Ka Mate y tiene la siguiente letra: "Golpea las manos contra los muslos, infla el pecho, dobla las rodillas, sigue con la cadera, golpea tus pies contra el suelo lo más fuerte que puedas. Puedo Morir, Puedo Morir. Puedo Vivir, Puedo Vivir, Este es el hombre peludo, que trajo el sol y lo hizo brillar de nuevo. ¡Un paso hacia arriba! ¡Otro paso hacia arriba! El Sol Brilla y respetamos. ¡Y!"
Sin embargo, esta danza ya cogía de sorpresa a pocos. Especialmente contra los equipos de su latitud, contra los que se enfrenta regularmente, el efecto disuasorio de la Haka había dejado de ser efectivo. Por esa razón, en ocasión del decisivo enfrentamiento contra Australia en el 3N del 2005, estrenaron una variante del baile a la que llamaron "Kapa o Pango". Fuera efecto de la Haka o no, la victoria sonrió a los All Blacks por 31-27. A pesar de que la letra es inofensiva, los movimientos de los jugadores son más agresivos, incluido un gesto final invitando a "pasar por el cuchillo" al rival. Dice así: "All Blacks, dejame ser uno con la tierra. Esta es mi tierra, que vibra. ¡Es mi hora! ¡Mi momento! Esto nos define como All Blacks. ¡Es mi hora! ¡Mi momento! Nuestro dominio, nuestra supremacía triunfará y llegará a lo más alto. ¡Helecho Plateado! ¡All Blacks!".
Pero este tipo de bailes no sólo es propio de la selección kiwi. Es una danza maorí, que cualquier combinado ligado a esa descendencia puede emplear. Mientras los equipos occidentales suelen aguantar el chaparron, abrazados, poniendo cara de póquer, cuando en frente hay una selección con reminiscencias de los aborígenes del Pacífico, uno puede esperar una verdadera confrontación. Por este motivo, se puede ver a Tonga responder a la Haka con una demostración de más de lo mismo y el estadio pudo vibrar con 30 hombres exhibiendo su masculinidad, como si de una auténtica batalla se tratase. Y es que como ya dijo el padrino de Vicentín en su día, las diferencias de las personas sólo se pueden arreglar de una manera: ¡Duelo de Bailes!
Aun no se ha llegado ni al ecuador de la primera fase, pero ya se sospecha que en esta edición los grandes combinados del hemisferio sur no se van a dejar sorprender por las potencias europeas. Inglaterra, vigente campeona, tras decepcionar en su debut contra la débil selección de los EE.UU., fue humillada por Sudáfrica hasta el punto que no fue capaz de conseguir ni un solo punto, valga la redundancia. Esto es algo realmente meritorio, ya que ninguna otra selección ha conseguido esa "hazaña" hasta el momento, ni siquiera las más débiles como Portugal o Japón. La sombra de Wilkinson sigue siendo alargada, Y qué decir de Francia, los anfitriones, que sucumbieron ante la siempre combativa Argentina en el partido inagural.
Tal vez este año sea el de Nueva Zelanda, aunque no parece llegar en el mejor momento, pero que no se puede permitir un nuevo tropezón en la Copa del Mundo, competición en la que sólo han vencido en la primera edición, lo que no deja de ser un bagaje decepcionante para el "Brasil" del rugby, calificativo que les impongo por su rugby espectacular, a la mano, con la mira siempre puesta en el try. Dice de ellos Nirgalbest en su preview lo siguiente: "Después de un 2006 fantástico, culminado con una gira espectacular por Europa en los Test Matches de Noviembre, en la cual arrasaron a Francia con pasmosa facilidad, los All Blacks parecían imparables en su marcha hacia la World Cup, (...) la presión de la victoria a toda costa parece haber afectado algo a los neozelandeses este 2007. La federación en una polémica decisión optó por dar descanso durante las primeras semanas del S14 a 23 de sus estrellas, el núcleo del equipo que Graham Henry pretendía seleccionar para la WC. Pero aun ahora nadie sabe si la decisión fue la correcta. Muchos jugadores no consiguieron retomar el ritmo de partidos después del "reconditioning program", y los clubes neozelandeses sufrieron la humillación de sus rivales sudafricanos, con sus estrellas mucho más en forma. A nivel de selección se llevaron el Tres Naciones, pero dejaron una imagen bastante pobre, con una victoria terriblemente injusta ante una Sudáfrica muy mermada y la derrota ante Australia. (...) Ya se levantan tímidas voces que les señalan como batibles por equipos de la talla de Francia, Sudáfrica e incluso Irlanda, su más que posible rival en cuartos si se cumplen los pronósticos y Irlanda se clasifica como segunda del grupo D. Aún así hay que ser realistas ya que si los neozelandeses logran llegar a su potencial máximo son inasequibles para cualquier equipo, pero también es verdad que muchas veces se recrean excesivamente con el juego a la mano, acumulando turnovers y desaprovechando incomprensiblemente su imparable delantera."
Pero para los neófitos en el rugby, lo más noticiable de los All Blacks es su Haka, una danza previa los partidos, que se defiende como un acto de respeto y admiración hacia el contrario, pero que para mí es una forma muy evidente de intentar acongojar al equipo rival, muy parecida a la demostración de un chimpancé que grita y se golpea en el pecho. Es una danza de guerra. La versión original se denomina Ka Mate y tiene la siguiente letra: "Golpea las manos contra los muslos, infla el pecho, dobla las rodillas, sigue con la cadera, golpea tus pies contra el suelo lo más fuerte que puedas. Puedo Morir, Puedo Morir. Puedo Vivir, Puedo Vivir, Este es el hombre peludo, que trajo el sol y lo hizo brillar de nuevo. ¡Un paso hacia arriba! ¡Otro paso hacia arriba! El Sol Brilla y respetamos. ¡Y!"
Sin embargo, esta danza ya cogía de sorpresa a pocos. Especialmente contra los equipos de su latitud, contra los que se enfrenta regularmente, el efecto disuasorio de la Haka había dejado de ser efectivo. Por esa razón, en ocasión del decisivo enfrentamiento contra Australia en el 3N del 2005, estrenaron una variante del baile a la que llamaron "Kapa o Pango". Fuera efecto de la Haka o no, la victoria sonrió a los All Blacks por 31-27. A pesar de que la letra es inofensiva, los movimientos de los jugadores son más agresivos, incluido un gesto final invitando a "pasar por el cuchillo" al rival. Dice así: "All Blacks, dejame ser uno con la tierra. Esta es mi tierra, que vibra. ¡Es mi hora! ¡Mi momento! Esto nos define como All Blacks. ¡Es mi hora! ¡Mi momento! Nuestro dominio, nuestra supremacía triunfará y llegará a lo más alto. ¡Helecho Plateado! ¡All Blacks!".
Pero este tipo de bailes no sólo es propio de la selección kiwi. Es una danza maorí, que cualquier combinado ligado a esa descendencia puede emplear. Mientras los equipos occidentales suelen aguantar el chaparron, abrazados, poniendo cara de póquer, cuando en frente hay una selección con reminiscencias de los aborígenes del Pacífico, uno puede esperar una verdadera confrontación. Por este motivo, se puede ver a Tonga responder a la Haka con una demostración de más de lo mismo y el estadio pudo vibrar con 30 hombres exhibiendo su masculinidad, como si de una auténtica batalla se tratase. Y es que como ya dijo el padrino de Vicentín en su día, las diferencias de las personas sólo se pueden arreglar de una manera: ¡Duelo de Bailes!
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