"Citius, altius, fortius" (Pierre de Coubertin).
El deporte es una expresión de las cualidades guerreras del hombre, de sus capacidades para superar al entorno y a sus propias limitaciones. Sin embargo, con el paso del tiempo, estas connotaciones del deporte han perdido peso específico, y la definición del deporte actual se acerca más al juego y la diversión. Es algo confuso. Probablemente el ajedrez sea mucho más violento que el fútbol, pero este segundo, que para un animal sería un juego de cachorros, un juego de gato detrás de su ovillo de lana, es hoy el deporte rey.
En la Atenas olímpica, los deportes de lucha competían en importancia con las pruebas atlética, pero hoy, el deporte de lucha por antonomasia que es el boxeo se encuentra dejado de lado, al menos en España. Se podría divagar un rato sobre las causas de esto, que son más bien casuales, una cuestión de moda. Es cierto que es un deporte insano (como todos los deportes de alta competición, con la ventaja de que puede llegar a estar mucho mejor remunerado que encerrarse en el interior de una mina a tragar hollín), que en el pasado se ha visto relacionado con negocios turbios y con escándalos evidentes de adulteración deportiva, pero a pesar de todo eso el boxeo sigue siendo un deporte muy popular. Lo es en Estados Unidos, donde el Pay per View (PPV) alcanza unos niveles de ingresos más que respetables; en Gran Bretaña, gracias a la actual reputación de dos grandes campeones locales: Joe Calzaghe y Ricky Hatton; en Alemania, que apadrina a gran cantidad de púgiles de Europa del Este; en Rusia, que nunca hasta ahora había tenido las coronas de los pesos máximos al copo; en Méjico, cuna de los mejores ligeros que ha habido: Julio César Chaves y Sal Sánchez, entre otros; en Filipinas, donde gracias principalmente al estilo incendiario de Manny Pacquiao "Pacman", el boxeo es el deporte más popular. Pero en España el boxeo ha sido desterrado de la televisión y de la prensa deportiva sin ninguna explicación, más que le negativa inicial de Televisión Española, a principios de los 90, a volver a televisar boxeo en abierto, a instancias de altos políticos, por considerarlo violento. Ridículo. Sobre todo porque es un deporte con gancho, valga el juego de palabras, en el que la audiencia responde. En alguna de las defensas de Castillejo, se han vendido más entradas que en ningún otro deporte en España que no sea fútbol, incluidos a los flamantes campeones del mundo de baloncesto. El caso es que ahora que el "Lince de Parla" da sus últimos maullidos (o no), un boxeador supergallo parece entrar en escena para llenar ese hueco: Kiko Martínez.
Kiko Martínez es un boxeador levantino, muy joven (21 años) y muy fuerte, con una fisonomía muy compacta. Su velocidad de golpeo es bastante buena, pero su punto fuerte probablemente sea la potencia de dicha pegada. Hasta esta semana era un desconocido para casi todos, pero tras su flamante exhibición en el pasado campeonato de Europa ante el hasta el sábado invicto, el irlandés Bernard Dunne (24-0-0 tenía), hizo que me fijara en él. Ahora mismo sus posibilidades en la división son excelentes y en poco tiempo le veremos peleando por el cetro mundial. El supergallo no es la división más cara que existe hoy. Los mejicanos Israel Marquez y Rafa Márquez (hermano de Juan Manuel, verdugo de Barrera) son los actuales dominadores, aunque algo veteranos, van perdiendo fuerza. Como relevo, está siendo cuidado, y pedirá paso, el también mejicano Ponce de León, pero en la tesitura actual, no estoy seguro de que las perspectivas del de Cuauhtemoc sean mejores que las de "La Sensación".
De Kiko se podría decir ya que probablemente sea el mejor pegador español de la historia desde José Manuel Urtain. Teniendo en cuenta que es público y notorio que en varios de los combates del "Tigre de Cestona" hubo tongo, probablemente Kiko sea el mayor pegador que ha habido en este país. Sus números no engañan: 17-0-0, con 14 KOs, todos ellos en los primeros 4 asaltos del combate. Él mismo aseguraba en las vísperas al combate que el desenlace iba a ser rápido en As, uno de los pocos medios en los que el boxeo sigue teniendo una mínima presencia. El resultado fue tan rápido que sobra tiempo en YouTube para recoger la pelea entera en un único video.
El de Alicante y su entorno celebraron por todo lo alto el triunfo. Pero en este caso la celebración era especialmente grata, como se puede leer hoy en As. En los pesos bajos, no hay apenas Pay per View y las bolsas son más reducidas, pero en las apuestas no se distingue de pesos. El caso es que Kiko estaba especialmente motivado para destrozar a su rival en el primer asalto, ya que miembros de su entorno había apostado de forma presencial en William Hill una cantidad de casi dos millones de pesetas a varias apuestas, que es una cantidad relativamente modesta, de no ser porque gran parte de ese montante fue realizado a la proposición del KO en el primer asalto a cuota @66. El resultado es obviamente un muy buen pellizco, que probablemente multiplica por 3 o por 4 la bolsa del español en el combate. Y esto explica la especial motivación del púgil español en destrozar a su rival en los primeros 3 minutos de combate. Aunque esperemos que los días grises del boxeo no estén volviendo y estas apuestas no hayan motivado también a su rival a caerse antes de tiempo. Viendo las imágenes, no parece el caso, ya que el castigo recibido me parecería excesivo.
El deporte es una expresión de las cualidades guerreras del hombre, de sus capacidades para superar al entorno y a sus propias limitaciones. Sin embargo, con el paso del tiempo, estas connotaciones del deporte han perdido peso específico, y la definición del deporte actual se acerca más al juego y la diversión. Es algo confuso. Probablemente el ajedrez sea mucho más violento que el fútbol, pero este segundo, que para un animal sería un juego de cachorros, un juego de gato detrás de su ovillo de lana, es hoy el deporte rey.
En la Atenas olímpica, los deportes de lucha competían en importancia con las pruebas atlética, pero hoy, el deporte de lucha por antonomasia que es el boxeo se encuentra dejado de lado, al menos en España. Se podría divagar un rato sobre las causas de esto, que son más bien casuales, una cuestión de moda. Es cierto que es un deporte insano (como todos los deportes de alta competición, con la ventaja de que puede llegar a estar mucho mejor remunerado que encerrarse en el interior de una mina a tragar hollín), que en el pasado se ha visto relacionado con negocios turbios y con escándalos evidentes de adulteración deportiva, pero a pesar de todo eso el boxeo sigue siendo un deporte muy popular. Lo es en Estados Unidos, donde el Pay per View (PPV) alcanza unos niveles de ingresos más que respetables; en Gran Bretaña, gracias a la actual reputación de dos grandes campeones locales: Joe Calzaghe y Ricky Hatton; en Alemania, que apadrina a gran cantidad de púgiles de Europa del Este; en Rusia, que nunca hasta ahora había tenido las coronas de los pesos máximos al copo; en Méjico, cuna de los mejores ligeros que ha habido: Julio César Chaves y Sal Sánchez, entre otros; en Filipinas, donde gracias principalmente al estilo incendiario de Manny Pacquiao "Pacman", el boxeo es el deporte más popular. Pero en España el boxeo ha sido desterrado de la televisión y de la prensa deportiva sin ninguna explicación, más que le negativa inicial de Televisión Española, a principios de los 90, a volver a televisar boxeo en abierto, a instancias de altos políticos, por considerarlo violento. Ridículo. Sobre todo porque es un deporte con gancho, valga el juego de palabras, en el que la audiencia responde. En alguna de las defensas de Castillejo, se han vendido más entradas que en ningún otro deporte en España que no sea fútbol, incluidos a los flamantes campeones del mundo de baloncesto. El caso es que ahora que el "Lince de Parla" da sus últimos maullidos (o no), un boxeador supergallo parece entrar en escena para llenar ese hueco: Kiko Martínez.
Kiko Martínez es un boxeador levantino, muy joven (21 años) y muy fuerte, con una fisonomía muy compacta. Su velocidad de golpeo es bastante buena, pero su punto fuerte probablemente sea la potencia de dicha pegada. Hasta esta semana era un desconocido para casi todos, pero tras su flamante exhibición en el pasado campeonato de Europa ante el hasta el sábado invicto, el irlandés Bernard Dunne (24-0-0 tenía), hizo que me fijara en él. Ahora mismo sus posibilidades en la división son excelentes y en poco tiempo le veremos peleando por el cetro mundial. El supergallo no es la división más cara que existe hoy. Los mejicanos Israel Marquez y Rafa Márquez (hermano de Juan Manuel, verdugo de Barrera) son los actuales dominadores, aunque algo veteranos, van perdiendo fuerza. Como relevo, está siendo cuidado, y pedirá paso, el también mejicano Ponce de León, pero en la tesitura actual, no estoy seguro de que las perspectivas del de Cuauhtemoc sean mejores que las de "La Sensación".
De Kiko se podría decir ya que probablemente sea el mejor pegador español de la historia desde José Manuel Urtain. Teniendo en cuenta que es público y notorio que en varios de los combates del "Tigre de Cestona" hubo tongo, probablemente Kiko sea el mayor pegador que ha habido en este país. Sus números no engañan: 17-0-0, con 14 KOs, todos ellos en los primeros 4 asaltos del combate. Él mismo aseguraba en las vísperas al combate que el desenlace iba a ser rápido en As, uno de los pocos medios en los que el boxeo sigue teniendo una mínima presencia. El resultado fue tan rápido que sobra tiempo en YouTube para recoger la pelea entera en un único video.
El de Alicante y su entorno celebraron por todo lo alto el triunfo. Pero en este caso la celebración era especialmente grata, como se puede leer hoy en As. En los pesos bajos, no hay apenas Pay per View y las bolsas son más reducidas, pero en las apuestas no se distingue de pesos. El caso es que Kiko estaba especialmente motivado para destrozar a su rival en el primer asalto, ya que miembros de su entorno había apostado de forma presencial en William Hill una cantidad de casi dos millones de pesetas a varias apuestas, que es una cantidad relativamente modesta, de no ser porque gran parte de ese montante fue realizado a la proposición del KO en el primer asalto a cuota @66. El resultado es obviamente un muy buen pellizco, que probablemente multiplica por 3 o por 4 la bolsa del español en el combate. Y esto explica la especial motivación del púgil español en destrozar a su rival en los primeros 3 minutos de combate. Aunque esperemos que los días grises del boxeo no estén volviendo y estas apuestas no hayan motivado también a su rival a caerse antes de tiempo. Viendo las imágenes, no parece el caso, ya que el castigo recibido me parecería excesivo.
8 comentarios:
Vaya tio, ya me extrañaba a mi que tuviese tanta prisa en acabar la faena.
JUGON
Como curiosidad decir que en este combate no había apuestas en internet para otra cosa que no fuese a ganador de combate, ya que es un combate menor. De ahí que esta gente tuviese que recurrir a apostar de forma presencial en el típico establecimiento inglés de apuestas con teles...
Perdona que te corrija, pero Bwin (si entra dentro de casa de apuestas y no de puticlub)habia puesto yo creo que 4 apuestas:
Money Line
+/- 10 Asaltos
+/- 9 Asaltos
Y Luego la tipica apuesta de Round 1 Round 2
Lo que no se es si habia suficiente dinero como para que los colegas se forrasen, eso yo no lo miro porque nunca apuesto fuerte.
OK. Buena corrección. La verdad es que en boxeo no considero a Bwin. Suelen ser más activas Pinnacle y Bet365. De todas formas, peleando un irlandés no me extrañaría nada que Ladbrokes por ejemplo también sacase over/under o número de rounds a última hora.
De todas formas Bwin a cuota @66 no creo que aceptase más de 10 o 15 libras.
¿Que opinas de las creo que recien creadas apuestas taurinas que ofrecen casas como de paddypower? ¿Crees que van orientadas en su mayoría al publico español?
Mario Alberto, van orientadas a los cornudos en general..
Los toros no es mi fuerte la verdad... ni los cornudos tampoco
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