lunes, 19 de mayo de 2008

La Hazaña (Final Copa de Europa 2007-08 Kiel-BM Ciudad Real)

José Javier Hombrados, portero y capitán del BM. Ciudad Real, que logró su segunda Liga de Campeones, tras ganar en Kiel 25-31, enjugando así los dos goles de desventaja que acumularon en el choque de ida, declaró que "nadie daba nada por nosotros, las apuestas estaban en contra, y el que haya apostado por el Ciudad Real ha ganado dinero de verdad". (Fuente: Marca)

A veces, en el deporte, en las apuestas, en la vida, los éxitos no tienen el reconocimiento exclusivo de su valor intrínseco, si no que la forma importa. Así siempre se recuerdan con más cariño los éxitos que fueron capaces de superar adversidades. El balonmano, por sus especiales características, siendo un deporte muy previsible, mezcla de fuerza y puntería, la épica es posible. Se recuerdan muchas muestras de épica en el pasado. Incluso en esta misma competición: La Copa de Europa. En rondas intermedias, varios equipos en los últimos años han podido remontar débitos de más de 10 goles. El Badel Zagreb contra el Ademar de León, el Gummersbach contra Vezsprem o el Montpellier contra el mejor Flensburg. Incluso en rondas finales se han visto semejantes vuelcos en el transcurrir de la eliminatoria. Una de ellas la tristemente recordada final entre Montellier y Portland San Antonio en 2003 en la que los franceses superaron una desventaja de 8 goles para imponerse por 31-19 en un partido en el que el protegonismo de los árbitros y de una hiperagresiva defensa local, liderada por Dinart y Kabengele, fue evidente.

La victoria del BM Ciudad Real en la Copa de Europa 2007-08 será recordada tal vez como la más grande de las hazañas propiciada en el balonmano de clubes hasta la fecha. Para calibrar la magnitud de dicho triunfo sería recomendable ponernos en antecedentes. Kiel y Ciudad Real han encabezado el outright de la competición, de la mano hasta las semifinales. Sólo ahí el mercado le condedió peores posibilidades al Kiel, llegando a más de @3, por el escueto @2,20 a lo sumo que se podía llegar a pagar por los manchegos. La dificultad a priori del rival de cada cual era responsable de esta variación. Sin embargo, Kiel se mostró más contundente contra el FC Barcelona que el equipo de Talant con el Hamburgo. La relajación final hizo que el Hamburgo llegase a tener balón de eliminatoria y sólo el acierto de Sterbik lo impidió. Sterbik, siempre Sterbik. Sin embargo, Olaffur fue descalificado en el último segundo por obstaculizar un saque y para todos era obvio que recibiría una sanción de 1 partido como mínimo. Sin embargo, probablemente por las habilidades políticas de los dirigentes del club, esto no sucedió y tuvo su importancia en el devenir posterior de los hechos. No obstante, Kiel se presentó en la final como ligeramente favorito (@1,70-1,80), en parte gracias a poder disputar el segundo partido como local, lo que es equivalente a salir el último en una contrarreloj ciclista.

Lo que muy poca gente se esperaba es que Kiel fuese a tomar el Quijote Arena. Muchos hablan de la cantidad de tiempo que hacía que Kiel no cedía en su casa (concretamente el antecedente era un partido de cuartos de la final de Copa de Europa 2005-06 ante Flensburg), pero no era peor en absoluto el record de Ciudad Real como local, cuya último traspiés se produjo en diciembre de 2004, en una derrota por 30-36 contra el Barsa. Todos los records se acaban, aunque está claro que sólo un equipo de nivel mundial puede ser capaz de meterle el agua en casa a este tipo de equipos en su propia casa. Y partidos de ese nivel sólo hay 2-3 cada año. El caso es que Kiel ganó en Ciudad Real por 27-29.



27 - Ciudad Real (13+14): Sterbik, Pajovic (3), Davis (-), Parrondo (1), Metlicic (-), A. Entrerríos (2) y Dinart (1). Siete inicial. También jugaron Hombrados (ps), Laen (4), Stefansson (6, 2p), Kallman (2), Rutenka (4, 1p), Morros (-) y Zorman (4).

29 - THW Kiel (14+15): Omeyer; Kavticnik (6), Kim Andersson (1), Alhm (5), Lövgren (1), Karabatic (9) y Klein (2). Siete inicial. También jugaron Mattias Andersson (ps), Lund (1), Lundström (-), Jicha (3) y Zeitz (1).

Marcador cada 5 minutos: 4-5, 6-7, 9-8, 11-11, 13-13 y 13-14, descanso, 17-17, 20-19, 23-22, 25-25, 26-29 y 27-29

El partido tuvo como constante la gran igualdad, con los porteros como protagonistas del espectáculo y el altísimo nivel de juego de ambos equipos. Sin embargo, un golpe sufrido por Karabatic que le hizo abandonar la cancha durante unos minutos a mediados del segundo tiempo llegó a poner al equipo español +3. Pero la ventaja se diluyó instantáneamente con la vuelta del genio francés. Tampoco ayudaron mucho la lesión de Rutenka en una pugna en el pivote en el cuarto final del partido (lo que le lastraría para la vuelta) y las decisiones de un Talant Dusjevaiev que volvió a demostrar su falta de dominio de las situaciones y rudimentos del juego. No sólo no dedicó ninguna atención especial a Nikola en defensa, sino que relevó a un gran Stervik por un frío Hombrados a falta de 10 minutos, momento en el cual Kiel tomó el liderazgo, alzándose por un triunfo de 2 goles, que pudo haber sido mayor aun. Se supone que aun quedaba una esperanza. Muy pequeña, eso sí.

Sin embargo, cuando se lee los componentes de la plantilla del BM Ciudad Real, se advierte la presencia de gente curtida, gladiadores que lo han ganado todo y de los que se puede esperar el mejor rendimiento en las más difíciles situaciones. Si alguien me hubiese preguntado sobre los escenarios posibles del partido de vuelta hubiese respondido con 2. Un partido extremadamente igualado, exactamente como el de la ida, con final de infarto (empate, Ciudad Real+1, etcétera). Y el otro escenario es un partido en el que Kiel sale enchufado y pasa por encima del Ciudad Real, que al final maquilla el resultado, completando una diferencia de 2-4 goles a favor de los alemanes. Descartaba que Kiel destrozase y humillase a un equipo tan fuerte como Ciudad Real, pero siendo honestos, también se salía de cualquier cálculo la forma en la que discurrió el partido:



25 - THW Kiel (13+12): Omeyer; Kavticnik (8, 5p), Kim Andersson (-), Alhm (6), Jicha (2), Karabatic (4) y Klein (2). Mattias Andersson (ps), Lövgren (-), Lund (1), Lundström (-), Zeitz (2) y Szilagyi (-),

31 - Ciudad Real (15+16): Sterbik, Pajovic (2), Laen (2), Parrondo (1), Stefansson (12, 5p), A. Entrerríos (2) y Kallman (11). También jugaron Hombrados (ps), Dinart (-), Morros (-), Zorman (1), Urios (-) y Masach (-).

Marcador cada 5 minutos: 0-2, 3-6, 5-7, 7-9, 11-10 y 13-15, descanso, 13-16, 15-18, 18-22, 21-25, 22-27 y 25-31

A la vista de los goleadores, offtopic dire que Bwin tenía una línea de 3,5 goles para Kallman, de 4,5 (bajando) para Olaffur y de 6,5 para Rutenka, que estaba lesionado y que de haber jugado, hubiese tenido una participación testimonial, similar a la tenida por Uríos. (¡Están locos estos bookies!).

El partido fue completamente distinto esta vez. Desde el principio el Ciudad Real salió a morder, con un Sterbik entonadísimo, en la faceta de héroe a mi entender. Y con la eliminatoria balanceado el Kiel se mostró muy cohibido y atenazado por la responsabilidad y la vergüenza. Momento clave fue el final del primer tiempo, en el que tras colocarse por delante, Kiel pierde 3 balones consecutivos que se traducen en contraataques, bien finalizados por Kallman. Tras esto, el colapso total llegó a Kiel. Ambos equipos defendieron con corrección, no se vieron más que 5 exclusiones (partido de guante blanco), pese a lo cual los árbitros eslovenos realizaron una labor horrenda en la aplicación de faltas alrededor del área. El precio de los 7 metros y de las faltas en ataque tuvieron 2 monedas diferentes para cada equipo. Decir que excepto la pareja macedonia y una pareja sueca joven y honesta, no existe una pareja arbitral con un mínimo de personalidad e la élite europea actual. Pero ni aun así Kiel pudo inquietar al equipo manchego, que por momentos parecía que hasta con 2 jugadores menos se veía superior, sólo reducir un marcador que no dejó de ser sonrojante en su forma final: +6.



Conviene mencionar a los héroes del partido en Kiel. El primero de ellos, Arpad Stervik. Es un jugador portentoso. Físicamente podría aparentar la fisonomía de un boxeador peso pesado, aparentemente es de movimientos torpes, pero sus miembros se alargan y se retuercen de forma insospechada. Es capaz de tocar el larguero sentado en el suelo como un orangutan, es capaz también de colocar su pie por encima de su cabeza en un prodigio de elasticidad sin parangón en un portero tan grande desde los tiempos de Matt Olson.

El segundo Olaffur Steffanson. Nunca se le hará justicia a este formidable goleador islandés, en parte por la falta de compañía suficiente en su selección nacional para optar a los primeros puestos. Llegó a España con la vitola de máximo artillero de la Bundesliga, en la que ralló a gran altura largo tiempo en el Magdeburgo. En el Ciudad Real, se diría que casi tenía un rol secundario, compartiendo puesto con Metlicic y relegado por otras estrellas (Uríos, Dzomba, Rutenka, Entrerríos y el propio Tatant). Pero la virtud del jugador islandés es su capacidad por encima de su calidad. Es un jugador que da la talla cuando se ponen duras las cosas. Tiene un gol muy fácil, aun sin lanzar extremadamente fuerte. No, no es un cañonero al uso. Pero es alguien del que te puedes fiar, aun cuando todo falla.

También "lo dieron" Pajovic y Kallman; y mencionar también a Talant, por personificar en alguien la buena defensa que exhibió el Ciudad Real, mucho más profunda que en la ida, y adquiriendo profundidad siempre en la misma dirección, la de Nikola Karabatic. Equivocarse es de humanos y corregirse también. Y hablando de corrección, el ganador fue obviamente Ralmach.

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